El empate ante el Numancia no ha sido la única mala noticia que el Deportivo ha recibido este fin de semana. Después del entrenamiento de este domingo, el club blanquiazul ha emitido un parte médico de Carlos Fernández en el que se informa de una lesión de grado 1-2 en el bíceps femoral del muslo izquierdo. El sevillano se quedó en el gimnasio recibiendo tratamiento médico y de fisioterapia.
El origen de la lesión está en el encuentro de la semana pasada ante el Rayo Majadahonda. Carlos tuvo que retirarse antes de tiempo a los vestuarios con molestias en la zona de los isquiotibiales. La primera exploración había descartado cualquier tipo de rotura, pero el punta estuvo al margen y ya no fue convocado para el duelo contra el conjunto soriano.
Pese a descansar en esta jornada, las molestias se han agravado y tras el último diagnóstico parece complicado que el delantero vuelva a jugar en 2018. Es baja segura ante el Zaragoza y está prácticamente descartado para el duelo que cierra el año en el Carranza contra el Cádiz, aunque en este caso dependerá de cómo evolucione en estas dos semanas de recuperación.
Natxo ya sabe, por lo tanto, que tendrá que mantener separada su pareja de goleadores para los próximos partidos. Borja Valle fue el elegido para el primer duelo sin Carlos y el berciano respondió. Participó en el primer tanto ante el Numancia y marcó el segundo tras un error de Dimanka.
La prioridad para los servicios médicos será ahora recuperar a Diego Caballo, que arrastra una contusión en el pie tras recibir un golpe en el entrenamiento del viernes, y a Fede Cartabia. El lateral apunta al once por la expulsión de Saúl, mientras que el argentino se hace necesario ante el bajón de juego que está sufriendo el conjunto blanquiazul.