El Deportivo continúa arreglándoselas para encontrar fondos desconocidos cada pocos meses. La derrota ante el Compostela compromete la clasificación no sólo en términos matemáticos, sino también de sensaciones después de dar una imagen lamentable y no ser capaz ni siquiera de competir. Y todo ello tras haber quemado ya la nave del entrenador, decisión para la que muchos ya estarán haciendo propia la siguiente reflexión: Ten cuidado con lo que deseas.
El cambio en el banquillo está dejando en mal lugar al Consejo, a la dirección deportiva y parte del entorno blanquiazul que señalaba a Fernando Vázquez como responsable de todos los males. Del club y del planeta. El de Castrofeito se marchó con su parte de culpa, que la tenía, pero también señalando otros problemas en la zona noble y, sobre todo, consciente de que le habían entregado un Ferrari con el motor averiado. Nunca prometió buen juego y se movía sobre el alambre, pero estaba siempre cerca de ganar.
Está dejando en peor lugar todavía a varios futbolistas que, en público o en privado, se han congratulado por la llegada de un nuevo patrón ¡Ahora sí!, pensaban, negándose a reconocer que la categoría no sólo te la da el nivel futbolístico que piensas que tienes tú o tus compañeros, sino la capacidad de demostrar ese nivel bajo la máxima presión. Hasta ahora, de la teórica pléyade de estrellas que Richard Barral consiguió reunir en verano con el objetivo de ascender al Deportivo, ninguno ha sido capaz de dar un paso al frente y destacar por encima del colectivo.
Rubén de la Barrera y la urgencia del resultado
Y el que menos culpa tiene, pero al que seguramente también se le habrá pasado por la cabeza el meme de «cuando lo pides vs cuando te llega», es Rubén de la Barrera. El técnico coruñés lleva dos semanas en el banquillo deportivista y sus expresiones más repetidas han sido, «hemos estado muy imprecisos» y «hay que perder el miedo al error». Él mismo puso el pecho para las balas, pero esas dos frases señalan más a un grupo de jugadores al que el entrenador tenía en mejor estima hace unas semanas. O meses, cuando se presentó voluntario para liderarlos hasta Guijuelo en un artículo de opinión que ahora lo persigue. Ten cuidado con lo que deseas.
Es difícil saber lo que pretendía De la Barrera ante el Compos, prescindiendo de hombres en mediocampo y obligando a sus jugadores a perseguir sombras. No ayudó con su planteamiento, pero sería injusto pedirle cuentas tras dos partidos. El problema es que el margen de error se ha terminado y las cuentas se las va a pedir una competición que no da tregua y en la que el Deportivo empezará a jugar partidos de playoff antes de lo hubiese deseado.