El Deportivo llevó a cabo esta mañana su última sesión de entrenamiento antes de disfrutar de un fin de semana libre y lo hizo con un susto: Diego Villares se retiró antes de tiempo por un golpe en la rodilla. Este percance, que según el club debería quedar en nada, contrastó con la buena noticia de que Miku comenzó a entrenar con el grupo. El delantero venezolano, que cayó lesionado el pasado 14 de febrero en el calentamiento del partido ante el Guijuelo, dio así un paso adelante en su recuperación y podría estar disponible para recibir al Pontevedra en Riazor.
Desde las 10:30h, media hora antes de lo habitual, el Deportivo se ejercitó entre los campos 2 y 3 de la ciudad deportiva de Abegondo y lo hizo con un total de 24 futbolistas a las órdenes de Rubén de la Barrera. Además de toda la plantilla, repitió el central juvenil Dani Barcia (2003) y el grupo de porteros estuvo completado hoy por el fabrilista Alberto (2001). Además de Miku, que desde el calentamiento trabajó al margen junto al readapatador Fran Molano, Derik Osede también tuvo de nuevo un plan especial y no participó del partido final, en el que Villares sufrió el golpe que le obligó a retirarse.
De la Barrera pone el foco en el trabajo defensivo
Antes de ese último ejercicio, que consistió en un diez contra diez a medio campo, el cuerpo técnico se centró en el trabajo defensivo con dos líneas de cuatro que defendían en inferioridad a 12 futbolistas. Rubén de la Barrera insistió en que los suyos cerraran pases interiores y obligaran al rival a jugar por los costados. En esta tarea, el técnico dispuso a varios jugadores en posiciones poco habituales: Álex Bergantiños entrenó como centrocampista y no de central como en semanas anteriores, Rayco lo hizo en banda derecha y Galán ejerció siempre como delantero centro.
El primer equipo dispondrá ahora de dos días de descanso y regresará al trabajo el lunes para continuar preparando el duelo contra el Pontevedra (domingo 7 a las 19:00h en Riazor).