La principal fortaleza del Deportivo 18/19 reside en Riazor. Consciente de la importancia que puede tener ese factor a la hora de conseguir los objetivos, Natxo González ha incidido desde el primer momento en ese aspecto. Quería hacer de Riazor un fortín. Y hasta la fecha, así ha sido. Solo el Málaga ha conseguido llevarse algún punto de A Coruña. Todos los demás rivales, se fueron de vacío. Sin embargo, y pese a que las sensaciones de juego fuera de casa son peores, el Dépor también se sitúa entre los mejores visitantes de Segunda.
Tan solo Granada, Alcorcón y Albacete, con 11 puntos, superan al Deportivo, con 10, en la clasifición a domicilio. Una de las grandes preocupaciones que había en el entorno deportivista este verano era el calendario. Con motivo de las obras en la cubierta del estadio, el Dépor tenía la difícil papeleta de arrancar la liga con 3 partidos seguidos jugando fuera. Y la solventó con éxito. Consiguió empatar en dos (Albacete y Tenerife) y ganar en uno (Extremadura). Unos números nada despreciables teniendo en cuenta el contexto.
El único lunar llegó en la siguiente salida: en Santo Domingo. Allí, el Deportivo cayó ante el Alcorcon en la jornada 5. Y pese a hacerlo por la mínima (1-0), dejó la peor imagen de la temporada. Fue un punto de inflexión y la única derrota hasta hoy. Un triunfo en Tarragona, una igualada con polémica en Córdoba y otra in extremis en Las Palmas, fueron el resto de resultados que el Dépor consiguió sacar lejos de Riazor.
El lunes (21 horas), los de Natxo González tienen un nuevo reto en el Estadio de los Juegos del Mediterráneo: mantener la línea ante el mejor Almería de los últimos años, un equipo que esta campaña solo ha dejado escapar cinco puntos, de dieciocho, como local.