El Dépor de Borja Jiménez firmó una de las mejores campañas blanquiazules en unos últimos tiempos llenos de decepciones. Sin embargo, los buenos datos no alcanzaron para abandonar la Primera RFEF. Y es que el Deportivo cosechó unos registros que le permitieron acabar la temporada con una notable regularidad, pero insuficiente para lograr el ascenso. No se logró el objetivo por una derrota en el último partido a todo o nada. Pero la dinámica del conjunto coruñés a lo largo de todo el curso ha sido un punto decisivo para apostar por la continuidad del técnico abulense en el banco de Riazor.
Recalcar la decepción por no haber conseguido el objetivo de ascender a Segunda División no es óbice para reconocer que el Deportivo de La Coruña recuperó en la temporada 21-22 una tendencia regular ya olvidada en tierras herculinas. El Dépor dirigido por Borja Jiménez promedió en liga regular 1,88 puntos por partido, que ascienden a 1,95 si se tienen en cuenta los encuentros no disputados contra el Extremadura. El promedio se acerca a la media inglesa de 2 por partido. Un balance que siempre se ha destacado como válido para tener muchas posibilidades de ser campeón.
No campeonó el conjunto coruñés porque enfrente estuvo un Racing de Santander que se salió de la tabla. Firmó 82 puntos que pudieron ser muchos más de necesitarlos en unas últimas jornadas en las que ya jugó sabiéndose ascendido. No logró estar a la altura el cuadro herculino del conjunto santanderino. Pero no por ello sus cifras fueron malas.
Y es que esa regularidad que le llevó a hacer 1,88 puntos por partido no se veía en A Coruña desde la temporada 2011-2012, en la que la escuadra coruñesa firmó 2,17 puntos por encuentro en Segunda División. Fue de la mano de José Luis Oltra y le sirvió para ascender a Primera como campeón y, además, establecer el récord de puntos en la categoría de plata: 91 en 42 partidos.
Más allá de aquel curso estratosférico, el mejor Deportivo de la última década es el que acaba de cerrar la temporada, aunque sin ascenso. Porque ni el que logró ascender Fernando Vázquez en la campaña 2013-2014, ni el que se quedó a un gol de subir a Primera en Mallorca se acercan a los registros de este Dépor.
Con Vázquez, en la campaña 2013-2014, el cuadro herculino fue segundo en Segunda, con una media de 1,64 puntos por encuentro. Le valió ese promedio para ascender, pues son dos los equipos que suben directamente en la categoría de plata y el Dépor, Eibar aparte, fue el mejor del resto (69 unidades). Mientras, en la temporada 2018-2019, el Deportivo de Natxo González se cayó por el camino hacia un ascenso que parecía muy posible. Pep Martí lo recogió y, a duras penas, lo logró meter sexto en la última plaza del playoff. El ascenso se perdió en una aciaga noche de San Juan en Palma. Pero los datos del conjunto coruñés, con 1,64 puntos por partido (68 en total), no habían sido ni mucho menos brillantes en liga regular.
Mención aparte merecen las dos últimas campañas, sin contar esta. En ambas el Deportivo partía con el objetivo del ascenso a Primera y a Segunda respectivamente. Y en ambas se quedó lejos. En la temporada 2019-2020, el conjunto coruñés acabó descendiendo de categoría tras no lograr Fernando Vázquez un milagro que ya parecía al alcance de su mano. El cuadro de Riazor empezó mal con Anquela y no mejoró con Luis César. El preparador de Castrofeito lo aupó desde la última posición hasta los puestos de permanencia. Pero finalmente, no logró salvarse. Firmó 51 puntos en 42 jornadas. O, lo que es lo mismo, una media de 1,21 por encuentro. Suficientes casi siempre para permanecer, pero insuficientes ese curso y muy lejos de las previsiones.

Algo parecido sucedió el pasado curso, en el que el Deportivo tuvo que competir en Segunda B para lograr el ascenso a Segunda. En medio de un formato exprés aunque sin competidores de un nivel soberbio, el conjunto herculino se quedó a un punto de poder entrar en la segunda fase por el ascenso. Finalmente, sumando ambas partes de la liga y entre Vázquez y De la Barrera, concretó 39 puntos en 24 choques. Una media de 1,63 que fue insuficiente.
Balance defensa-ataque
La escuadra blanquiazul arrancó el campeonato con pleno de triunfos en el primer mes. Ahí cimentó su fortaleza defensiva, esa que logró mantener relativamente a lo largo de todo el curso y que le sirvió para ser el segundo menos goleado de su grupo (29 tantos en contra). El promedio de goles en contra de 0,80 es el tercer mejor de las últimas temporadas, tan solo superado por el Deportivo de Natxo y Martí (0,76) y el del pasado curso de Vázquez y De la Barrera (0,54).
En ambos casos, este buen balance defensivo se equilibraba con mayores dificultades para producir. Porque el actual Dépor no solo ha sido fiable en términos de rendimiento sin pelota, sino también con ella. Así lo demuestra su cifra de goles a favor: 54 en 36 partidos de liga regular. O, lo que es lo mismo, una media de 1,50 por choque. De contar los tantos ‘ficticios’ contra el Extremadura, el número se eleva a 59 dianas. Solo el Racing de Santander y la Cultu (61), además del Celta B (60), firmaron un dato mejor.
De este modo, el Deportivo de Borja Jiménez presenta un balance defensa-ataque únicamente superado (por muy poco) por el de José Luis Oltra. Con el técnico valenciano el Deportivo promedió 1,07 goles encajados por encuentro, pero también anotó 1,80. La diferencia es de 0,73 goles a favor por partido. Mientras, el actual Dépor se queda en 0,70 gracias a su +25 de goalaverage, que pasará a la historia como +30 por los partidos ante el Extremadura.
El Deportivo de picos, un ascenso difícil
Sin embargo, aunque el Deportivo de la 2021-2022 puede estar asociado a la regularidad, lo cierto es que esta regularidad ha llegado en picos. Como decimos, el conjunto coruñés arrancó la campaña con cuatro triunfos seguidos sin encajar. Luego llegó una primera ‘crisis’ con un punto de 9 que se solventó con una dinámica de 13 encuentros sin perder. De ellos, 10 fueron victorias. El equipo entraba en la segunda vuelta de la mejor manera posible, tras una primera mitad de curso de 43 puntos que le servía para ser líder, con 6 puntos de vantaja sobre el Racing de Santander.
Visitaba Riazor un conjunto cántabro con dudas. Pero el partido se aplazó por un riesgo de brote de Covid que no fue tal. Y entre medias, el Deportivo cayó ante el Real Unión y la SD Logroñés. La renta ya era mínima y se quedó en nada tras encajar la tercera derrota consecutiva ante el Racing en Riazor. Entró entonces el estado de pánico en el Dépor, que ganó con dudas al Calahorra pero luego firmó dos empates consecutivos y una durísima derrota en Badajoz que le alejó definitivamente del campeonato.
Viendo cómo irremediablemente se le distanciaba cada día más el primer puesto ante un Racing intratable, el Deportivo se centró en sí mismo para amarrar el segundo puesto. Y, sobre todo, recuperar sensaciones. 20 puntos en las últimas 10 jornadas le sirvieron para conseguir su objetivo clasificatorio y, más o menos, recuperarse a nivel anímico con muy buenos encuentros ante el DUX o la UD Logroñés.
De este modo, el equipo coruñés acabó tercero en la segunda vuelta con 31 puntos, un dato que demuestra que el cuadro herculino sí logró reconducirse hacia la regularidad de nuevo. Pero a 14 y 12 de los dos Racing. Demasiado lejos para el Deportivo como para soñar con una primera plaza que le hubiese dado el ascenso. Y, por ende, estar ya pensando en cómo reforzarse en Segunda.