Suele decirse que al fútbol se puede jugar de muchas formas y que hay numerosos caminos para llegar a la victoria. Y aunque la historia de este deporte nos ha enseñado que se trata de una afirmación correcta, en lo que respecta al Deportivo, y más en los últimos años, la fórmula para crecer es siempre la misma: empezar por atrás.
El equipo blanquiazul se ha reencontrado después de una crisis que se llevó por delante a Fernando Vázquez, a Fernando Vidal… y a las opciones de ascenso. Y lo ha hecho volviendo a sus principios: la solidez defensiva. Los de Rubén de la Barrera llevan cuatro partidos sin encajar un solo tanto, con el Racing de Ferrol como el único de los seis últimos rivales que han hecho diana contra los herculinos.
El técnico coruñés ha conseguido convencer al equipo para que la mejor forma de defender es llevar los problemas lo más lejos posible del área propia, llevando a cabo una presión alta que ha sido una de las claves de la actual racha triunfal. El triángulo formado por Bergantiños, Villares y Uche, con la recuperación de la mejor versión de Mujaid, han blindado la portería deportivista.
Y en caso de duda… Lucho García
Una de las decisiones más importantes que tomó Rubén de la Barrera desde su llegada fue el cambio en la portería tras el fiasco de Coruxo. El técnico apostó por Lucho García y el colombiano no está decepcionando. Si bien es cierto que hasta el momento no ha tenido demasiado trabajo por el buen hacer de la zaga deportivista, Lucho se ha mostrado seguro en prácticamente todas sus acciones. Y cuando el Deportivo ha necesitado una mano salvadora, también ha demostrado ser un guardameta de momentos grandes, como en la mano que le sacó a Adrián Cruz para salvar la victoria ante el Pontevedra.