Tras conseguir el ascenso con una plantilla plagada de jugadores cedidos, el área deportiva del club deportivista tenía la difícil tarea de recomponer el equipo, buscar jugadores a bajo coste y completar un conjunto lo suficientemente competitivo para poder salvar la categoría. Así, entre el mercado estival y el de invierno, un total de 15 nuevas caras aterrizaron en A Coruña, y de ellos, solo la mitad consiguió mostrar el nivel necesario para jugar en la Liga BBVA.
Uno de los nuevos que más pudo ilusionar a la afición fue sin duda Isaac Cuenca. El exjugador del Barcelona venía para ser ese hombre capaz de dar un plus de calidad en la zona de tres cuartos, pero su rendimiento fue claramente de más a menos y pasó de la titularidad a la grada. Llegó a desesperar a la hinchada con sus excesos de individualismo, y quizás también por su falta de autocrítica y de humildad en muchas de sus declaraciones ante los micrófonos.
Otros futbolistas que parecía que llegaban a la entidad blanquiazul con el cartel de titulares e importantes fueron Luis Fariña, Haris Medunjanin o el propio Canella. Los tres gozaron de oportunidades en el inicio de la temporada como titulares, y con el paso de las jornadas pasaron a ocupar papeles muy secundarios.
Menos protagonismo del que le gustaría tuvo también el jovencísimo canterano del Madrid José Rodríguez. Víctor Fernández lo empleó en la mayoría de los partidos en una posición inédita para él como la banda derecha, y con el cambio de técnico apenas tuvo oportunidades. Las lesiones lastraron un año más las posibilidades de demostrar que puede tener un sitio en A Coruña a Diogo Salomão, aunque fue el artífice del tanto que permitió sellar la permanencia. Otros, como sus compatriotas Hélder Costa y Postiga, apenas tuvieron participación, y el central Borja López ni siquiera llegó a disputar un solo minuto.
En el otro lado de la balanza, otros nombres que ficharon por el Deportivo y que se les presuponía un rol menos protagonista, se convirtieron en fijos de las alineaciones de los dos entrenadores. Juanfran Moreno -contratación de última hora y que a muchos pareció poco necesaria- se convirtió en el tercer jugador con más minutos disputados del plantel. También el joven portugués Cavaleiro, que llegó sin hacer ruído, a base de empuje y entrega supo hacerse con la confianza de los técnicos, y disputó un total de 34 choques.
Entre los grandes aciertos, figuran sin duda las llegadas de Sidnei y Lucas Pérez, que sí demostraron ese nivel necesario para competir en Primera División y marcar ciertas diferencias. También cabe mencionar la aportación de dos de los llegados en invierno, ya que tanto Oriol Riera como Borges jugaron un importante papel en las últimas jornadas del campeonato.
Pablo Antelo.