Sin jugar partiendo en el once inicial desde noviembre y con apenas 200 minutos en este 2024 y 1.125 en todo el curso, Hugo Rama llega hoy a Majadahonda con una evidente ventana de oportunidad para ser titular de nuevo y empezar a darle la vuelta a una campaña cruzada. Porque el papel de Rama en el Deportivo es, hasta ahora, una de las grandes decepciones del curso blanquiazul, dentro de una temporada de contrastes en cuanto a rendimiento colectivo y también rendimientos individuales.
El de Oroso llegó a finales del mercado de verano como un futbolista diferencial, capaz de dotar de dinamismo entre líneas el juego de un conjunto que había perdido de una tacada a Mario Soriano y a Alberto Quiles, pero que también veía cómo solo Salva Sevilla se había sumado para neutralizar las salidas de perfiles organizativos del juego como Isi Gómez o Rubén Díez. El Dépor necesitaba directores. Gente con capacidad para recibirla al pie y generar ventajas desde el pase. Y Hugo Rama, por su talento en los golpeos y su habilidad para proteger el balón, contrastados en categoría superior, parecía un fichaje que daba un salto al plantel deportivista.
Pero, por el momento, no ha sido así. A pesar de que desde bien pronto Imanol Idiakez trató de darle las llaves del equipo, la cosa no fluyó. Rama fue titular en el tercer partido de liga, contra el Teruel, después de llevar apenas diez días vinculado al club. En aquel choque, arrancó como titular en la mediapunta, en uno de esos encuentros de los que sí ha disfrutado en la posición de ’10’. Porque a pesar de que en el entorno deportivista sobrevuele la sensación de que Hugo no ha jugado apenas como enganche este curso, la realidad no es del todo así.
Hasta la expulsión de Lucas contra el Teruel, en Salamanca, ante el Cornellà, en Fuenlabrada y tras el descanso en la visita del Celta Fortuna la mediapunta del Deportivo fue para Hugo Rama. La realidad es que el ’17’ blanquiazul pudo disfrutar de ser el eje del equipo entre septiembre y octubre. Y posteriormente, continuó siendo de la confianza de Idiakez, aunque fuese partiendo desde el carril izquierdo para hacerle sitio a un acompañante a Lucas Pérez (Ochoa) y buscar la comodidad del de Monelos retrasando su posición.
Más allá de alguna actuación notable como su entrada desde el banquillo frente al Fortuna o jugadas muy destacadas en un partido de no demasiada continuidad contra el Cornellà, lo cierto es que el rendimiento de Rama dejó que desear en una primera vuelta en la que perdió el sitio en la alineación tras la debacle de Irún. Desde aquel entonces, tan solo ha vuelto a ser titular en liga frente a Osasuna Promesas en casa, en un encuentro en el que el extraordinario regreso de Yeremay Hernández lo opacó todo, al ex de Oviedo, Lugo o Mirandés incluido.
Con la vuelta del canario, Rama se quedó sin hueco a pesar de que Idiakez todavía seguía en un proceso de probaturas, con Villares tratando de ser el complemento a Lucas Pérez para evitar que el ‘7’ fuese un ‘9’ canónico. Aunque el sitio, en realidad, nunca lo llegó a encontrar. Ni jugando como mediapunta, ni partiendo como falso extremo izquierdo, una posición que también podría ser ideal para él. De hecho, ahí ha jugado muchísimo a lo largo de su carrera e Imanol no le encorsetaba, ni mucho menos, al carril.
¿Por qué Hugo Rama no ha rendido?
No, el problema de Hugo Rama no ha sido de posición. Sino tanto individual, como de ecosistema. Por un lado, su nivel ha estado por debajo del esperado. Más allá de los problemas familiares que le hicieron tener -con razón- la cabeza en otro lado a finales del 2023, Rama no ha logrado ofrecer una versión de futbolista capaz de dinamizar el juego cada vez que el balón pasa por sus pies.
En el Dépor todavía no ha mostrado habilidad para ubicarse entre líneas y perfilarse correctamente, algo que unido a unos controles que más que orientarle hacia la ventaja, le hacen en muchas ocasiones perderla. Hugo parece pensar una vez llega el balón a sus pies en vez de hacerlo previamente a recibirlo y ya ir montando la jugada en su cabeza. Ralentiza en vez de acelerar. Y eso provoca que su innegable calidad de pase o su poderoso golpeo no sobresalga tanto.
Ahora bien, ¿todo esto es atribuible únicamente a su persona? Ni muchísimo menos. Porque no, Hugo Rama no ha rendido ni como ’10’, ni como falso ’11’. Pero tampoco ha encontrado un contexto en el que poder enseñar su mejor fútbol. Cuando el coruñés llegó, Yeremay se marchó. Y poco después, también cayó Barbero. Las del extremo y el ariete fueron dos bajas insustituibles para el Deportivo, que buscó en Rama el hombre encargado de dinamizar el juego de un equipo que, en realidad, había perdido elementos para fluir. Hugo no ejercía de motor. El problema es que quizá tampoco había cuatro ruedas para poder acelerar.
Así, Rama no ha podido coincidir ‘de verdad’ con un ariete y dos extremos, ya que ha tenido que ir compartiendo protagonismo en el once con Lucas Pérez y su momento llegó con Barbero y Yeremay fuera. Pero hoy (18:00 horas), el de Monelos vuelve a dejar un hueco en el once. Faltará también el veneno de Mella, cierto. Pero dicen que de las crisis surgen nuevas oportunidades. Hugo, ahora te toca a ti.