La competición ha parado por Navidad, pero la Primera RFEF sigue generando noticias. Aunque sean negativas. Y no por ello sorprendentes. Todos los medios de Almendralejo apuntan que este miércoles, el administrador concursal del Extremadura, Bernando Silva, comunicará a la jueza de lo mercantil de Badajoz que no ha llegado la inversión esperada para dar viabilidad al club.
En el momento que se produzca esta comunicación, la pelota estará en el tejado de la magistrada. Tendrá que emitir una sentencia en la que, salvo sorpresa, invalidará el convenio de acreedores firmado el pasado 27 de octubre. Una vez dictada, el Extremadura entrará en fase de liquidación y estará abocado a la desaparición.
Desde el club se han pasado los últimos meses buscando la aparición de un milagro que reflotara la entidad. De hecho, el propio administrador concursal ya dio el visto bueno «con reservas» a la firma de ese convenio con el que finalmente no se podrá cumplir.
¿Cómo afectaría la liquidación del Extremadura a la Primera RFEF?
Esta situación era algo que parecía inevitable desde que en noviembre la plantilla se plantó antes de jugar en Riazor. Esa primera incomparecencia ponía al club al borde de la descalificación de la competición, algo que se ha ido demorando en los últimos encuentros, en los que los jugadores aceptaron seguir jugando con la esperanza de que el dinero llegara.
Todavía faltan dos encuentros por disputarse de la primera vuelta y parece poco probable que el Extremadura pueda jugarlos. De todas formas, no afectaría demasiado en lo que a términos clasificatorias se refiere. En el momento en que se dé una incomparecencia más, o se retire de la competición por la liquidación, se le darán por perdidos todos los encuentros que restan de la competición por la media de los goles encajados hasta el momento. Eso sí, los resultados conseguidos hasta este momento, incluida la derrota por no presentarse contra el Deportivo, se mantendrían.