Sin competición, sin amistosos. Incluso sin pretemporada. En lo futbolístico, el mes de junio fue un solar para el Deportivo. Sin embargo, fuera de los terrenos de juego los movimientos fueron continuos. En mayo, el equipo logró certificar su presencia en Primera RFEF, lo que no evitó permutas en secretaría técnica y banquillo. Tras las llegadas de Rosende y Borja Jiménez, los cambios de piezas no cesarían.
El mes empezó, eso sí, sellando dos continuidades con la vista puesta en el futuro. David Mella y Jairo Noriega, dos de los canteranos con mayor proyección de Abegondo, renovaban sus contratos. Y mientras Rubén de la Barrera fichaba por el Albacete, Martín Castiñeira y Juan Giménez se unían a la secretaría técnica del Deportivo. Con la llegada de estos dos acompañantes para Carlos Rosende, era el momento de comenzar a confeccionar la plantilla para el curso 21/22.
En el apartado de salidas, decían adiós hombres como Lara, Carlos Abad o Raí. También cerraban etapa el readaptador físico Carlos Molano y Juan Carlos Valerón, que solicitaba rescindir su contrato como técnico del Fabril. En lo referente a las llegadas, Juan Carlos Menudo, Diego Aguirre, Adrián Lapeña, Rafa de Vicente, Alberto Quiles e Ian Mackay eran los primeros fichajes. Para el guardameta, volver al equipo de su tierra se convertía en «el reto más importante» de su dilatada carrera.
Aunque el calendario no se conocería hasta la segunda quincena de julio, en este mes sí se confeccionarían los dos grupos de Primera RFEF. Tras plantear varias opciones, finalmente se optó por dividir a los equipos en base a criterios geográficos, con los del oeste peninsular en el Grupo I y los del este en el II. Además, quedaba confirmado que el conjunto herculino disfrutaría de una plaza en la Copa del Rey 21/22.
La sombra del ERE comienza a asomar
Pese a que el mercado veraniego se abre oficialmente en julio, ya hemos comentado que varios jugadores fueron oficializando días antes su adiós al Deportivo. Todos ellos lo hicieron sin mayores dificultades. Sin embargo, para un nuevo año en el tercer escalón del fútbol español, el Dépor necesitaba un buen número de salidas, especialmente las de aquellos futbolistas con una ficha más elevada. Y en estos casos, la situación sí sería más compleja.
Por ello, ya en el mes de junio, la entidad blanquiazul comenzó a barajar la puesta en marcha de un ERE. Aunque el club comunicó a los jugadores que no contaban para Jiménez que debían buscar una salida, encontró escasa predisposición por parte de algunos de ellos. Así, esta medida extraordinaria, que finalmente se ejecutaría, comenzaba a ganar enteros.