Si la foto de ayer de Pizzi era justificada, la de hoy de Filipe Luís no lo es menos. El lateral de Jaraguá do Sul completó una temporada magnífica por la banda del Calderón. Un estadio que, un año más, y por última vez, acogió 19 partidos de la máxima categoría del fútbol español, nuestro menú de hoy. Tras repasar ayer cómo le ha ido a los exdeportivistas lejos de España, hoy hacemos lo propio con los de aquí.
Primera
El mejor clasificado de todos cuantos exdeportivistas jugaron en España fue Filipe Luís. Siempre que estuvo disponible para el Cholo, tanto en liga como en Champions, jugó los 90’. Tres goles y siete asistencias son el balance numérico de un lateral izquierdo que cuajó una temporada espectacular. En lo colectivo, su equipo llegó hasta las semifinales europeas y fue tercero en liga. Dos puestos más arriba que el Villarreal de Adrián López. Incorporado por los castellonenses como cedido en el mercado invernal, el asturiano combinó suplencias con titularidades. Siempre a la sombra de otros futbolistas de más confianza para Fran Escribá, firmó dos goles y una asistencia. Y lo hizo jugando hasta en tres posiciones: mediapunta, delantero y extremo. Hasta diciembre, había estado defenestrado en el Oporto, siendo incluso apartado de los entrenamientos.
Noveno, y revelación incontestable de esta temporada, fue el Alavés de Raúl García. Relegado a un papel secundario por la irrupción de Theo Hernández, el coruñés participó en 18 partidos de liga, 14 de ellos como titular. Su equipo alcanzó la final de la Copa del Rey, y en el campeonato regular se salvaron con holgura. Con 46 puntos, a nueve de los vitorianos, y con menos margen, se quedó el Málaga de José Rodríguez. Propiedad del Mainz, donde vivió un primer tramo de temporada decepcionante, con solo 2 apariciones en Bundesliga y otras tantas en la DFB-Pokal, el alicantino encontró en la Costa del Sol su bálsamo particular… Hasta la llegada de Míchel. Importante para Marcelo Romero, fue desapareciendo de las alineaciones con el cambio de entrenador. El 1 de abril disputó su último partido con los boquerones.
Solo un puesto por detrás, aunque con los mismos puntos, encontramos al Valencia de Voro y Chema Sanz. Con sobresaltos durante todo el año, el efecto Voro y la aparición de perlas de futuro como Carlos Soler, calmaron las revueltas aguas del Turia. Por lo que respecta al técnico, en enero abandonó su cargo de delegado, cogió las riendas del equipo de su tierra, y fue capaz de cambiarle la marcha tras una primera mitad de liga nefasta.
Décimo terceros y décimo cuartos terminaron Celta y Las Palmas, respectivamente. En las filas del equipo gallego encontramos a Álvaro Lemos. El joven santiagués tuvo un papel prácticamente testimonial para Berizzo. Apenas disputó tres partidos de la fase previa de Europa League y cinco de Liga, cuando el equipo ya estaba inmerso en la competición continental. La temporada del colectivo fue buena, si bien el rendimiento en LaLiga fue diminuendo, motivado también por la presencia en 3 competiciones. Sin guinda al pastel, alcanzaron semifinales europeas y de Copa. Por su parte, la UD Las Palmas completó una primera vuelta inmaculada, bajando mucho su nivel en la segunda. Un hecho que a punto estuvo de meterle tensión a las últimas jornadas de los canarios. En lo referente a los ex jugadores del Deportivo, Momo siempre fue un hombre a tener en cuenta por Quique Setién; participó en 23 partidos ligueros, 12 de ellos como titular. Una línea que no siguió el capitán Aythami, quien solo disputó 836 minutos, repartidos en 11 partidos.
También en el capítulo de permanencias encontramos al Betis, dirigido por Víctor Sánchez del Amo durante buena parte del curso. Aunque con sabor amargo. Del 23 de junio al 9 de agosto, el madrileño fue el técnico del Olympiacos griego. En ese tiempo, su equipo quedó eliminado de la Champions League. Y lo hizo en la fase previa. Tras la mala experiencia en El Pireo, el exdeportivista volvió a España. En el mes de noviembre ya tenía nuevo banquillo: el de Heliópolis. Medio año más tarde, en mayo, acabaría nuevamente destituido. En su etapa en Sevilla coincidiría con Rubén Castro. A sus 35 años, el delantero canario fue indiscutible durante todo el curso y materializó 13 tantos.
En el capítulo de sinsabores, hubo dos descensos: el de Roberto Canella, olvidado hasta enero, con el Sporting y el de Isaac Cuenca, que rozó los 1.800 minutos, con el Granada. Una pérdida de categoría, esta última, que también afectó indirectamente a Rubén Pérez. El centrocampista astigitano, pese a estar cedido en el Leganés, donde disputó un total de 30 partidos de liga, 26 como titular, era propiedad del equipo nazarí. Pero hablando de malos tragos, otro que tampoco se libró fue Joaquín Caparrós. Si bien es cierto que no llegó a terminar la temporada, en su breve estancia en Pamplona no fue capaz de enderezar el rumbo de Osasuna.
Mención aparte merecen Lionel Scaloni, que en octubre se incorporó al staff técnico de Sampaoli en el Sevilla, y Jon Aspiazu, que un año más fue la mano derecha de Valverde en el Athletic. Ambos preparadores seguirán ayudando a sus primeros en sus retos más inmediatos: el argentino será ayudante y analista de rivales para la Selección de su país, mientras que el vasco será el segundo del Txingurri en el Barça.
Segunda
Por su parte, la incalificable liga de plata nos dejó de todo. Desde el ascenso del excanterano Jason Remeseiro con el Levante, firmando su mejor temporada desde que es profesional, hasta el descenso del Mallorca de la colonia deportivista. Líder indiscutible el conjunto granota, y siempre un paso por encima del resto, contrasta con un equipo bermellón que tras la marcha de Fernando Vázquez no levantó cabeza. Ninguno de los exdeportivistas rindió como se esperaba: Juan Rodríguez, aquejado por varias lesiones, jugó su último partido en enero; Culio fue el más regular; Angeliño, tras no llegar siquiera a debutar con el Girona, fue intermitente en las islas; Salomão nunca se hizo con un puesto y en 17 partidos no fue ni convocado.
En aguas un poco más tranquilas naufragaron Toché y su Real Oviedo. Con 15 goles en su haber, el murciano volvió a ser decisivo para un conjunto astur que estuvo peleando hasta la última jornada por su objetivo: entrar en el play-off de ascenso. Un play-off que conquistó in extremis el Huesca de Queco Piña y que se le resistió al Valladolid del incombustible Míchel (42 apariciones en otras tantas jornadas). Y con el que soñaron Carlos Pita, de más a menos en Lugo, y el exfabrilista Ángel Martínez, revelación en Reus. Más rezagado acabó el Zaragoza de Cani y del prometedor Álvaro Ratón (excanterano), que debutaba.
Al drama del Mallorca se unió a última hora, y de manera inesperada, el UCAM Murcia de Luis Fernández y Jona Mejía. El hispano hondureño, que completó un gran año, marró un penalti ayer que pudo haber sido definitivo. Como decisivo volvió a ser el ligamento cruzado anterior para Luis. Tras su salida en enero del Alcorcón, otra lesión retorció su camino.
Tristeza para unos en forma de descenso y alegría para otros, como Borja Fernández, Luis Miguel Ramís y su Almería, en forma de permanencia.
Pero si antes hablábamos de Fernando Vázquez, también hay que resaltar los casos de José Luis Oltra, Claudio Barragán y Alberto Lopo. Todos tienen algo en común, más allá de su pasado deportivista, y es que ninguno completó la temporada donde la había empezado. En lo referente a los dos técnicos valencianos, ambos fueron destituidos. Llama la atención el caso de Barragán, con solo 4 partidos dirigiendo al que a la postre sería el colista: el Mirandés. Por su parte, Lopo dejó de pertenecer al Nàstic en enero.
Segunda B
En la categoría de bronce destaca, por encima de todo, el ascenso del Lorca de David Vidal. El técnico de Portosín se unió al equipo murciano en el tramo final de liga y, además de campeonar en su grupo, consiguió escalar de categoría. Lástima que con el objetivo cumplido fuese despedido.
También campeones de grupo terminaron el exfabrilista Iván González con la Cultural, el otro conjunto ya ascendido; el talentoso Dani Rodríguez y su técnico José Manuel Aira con el Albacete; y Borja López con el Barça B.
De entre los exjugadores del Fabril destaca el caso de David Añón que, tras firmar un buen cuarto puesto en liga, disfrutó del play-off con el Pontevedra. Igual que Dioni Villalba, tercero en el campeonato regular con el Fuenlabrada; Marc Martínez, subcampeón en el grupo 3 con el Alcoyano; y Diego Rivas en el 4 con el Real Murcia.
También reseñables la retirada del fútbol de Jesús Vázquez, que por última vez defendió la elástica del Decano acompañado de Antonio Núñez. Y el regreso de Manu Fernández al fútbol español, de la mano del Marbella, tras un breve paso por Irán. Así como el debut de Rodolfo Bodipo en un banquillo, primero con la selección AFE y más tarde, a final de temporada, con el Atlético Mancha Real, sin el premio de la salvación. Y la inclusión de Dani Aranzubía en el staff técnico del Amorebieta vasco, como entrenador de porteros.
Otros como Ian Mackay (Racing de Ferrol), que este año superó una grave lesión, son ya un clásico de la liga de bronce.
Otras categorías
Mención aparte para Ayoze Díaz, segundo entrenador del Granadilla Egatesa Tenerife en la Primera División femenina; Jaime Sánchez, máximo responsable del Órdenes en Tercera; Changui, referente ofensivo del Ribadumia en la misma categoría; Carlos Padín, hasta esta temporada en las filas del Cordeiro, en Primera Autonómica; Juanito Amigo, rival suyo con el Sigüeiro; o Maikel Naujoks, que ascendió con el Sporting Meicende a Segunda Autonómica.