Víctor Mollejo ha sido uno de los protagonistas del Deportivo en las últimas semanas. Por sus goles y haberse convertido ya en el pichichi del equipo, pero también por las continuas amonestaciones que lo sacan de los partidos… y del campo: «Salgo casi a amarilla por partido y me fastidia un montón. Estoy intentando solucionarlo. Las reviso, me las pongo en casa y veo que gran parte son culpa mía, pero también es cierto que otras son muy rigurosas. Miras los datos y llevo cuatro amarillas con seis faltas… es lo que tengo que mejorar y quiero hacerlo, que es lo importante».
El joven reflexiona sobre sobre la empatía que se le pide a los jugadores con los árbitros y puntualiza que es algo que debe ir en las dos direcciones: «Todos tenemos que ponernos en situación. Igual los árbitros no tienen su día y nosotros en frío entendemos que no tienen nada en nuestra contra. Pero también ellos tienen que ver que nosotros no tenemos nada en su contra. Hay que tener en cuenta el momento en el que estamos de nuestras carreras, el ímpetu por querer ayudar al equipo, ese momento de estar acelerados…».
Trabaja ese aspecto en solitario y también con los compañeros más veteranos: «Hablo mucho con Dani (Giménez) de ello, intento aprender de él. Hemos tenido partidos en los que te vas a casa fastidiado por el arbitraje, pero hablas con los compañeros y están tranquilos. Me dicen que es buen árbitro y que suele hacer buenos partidos, que será un mal día. En ese sentido los capitanes me ayudan mucho y aprendo de ellos«.
Lo que no nota es un trato diferente por estar en el Dépor con respecto a sus partidos en el Atlético: «Para nada. De hecho, creo que lo que más me han intentado corregir allí durante toda mi vida es eso. Son amarillas que perjudican al equipo. Soy así y no lo voy a cambiar, ni quiero cambiarlo. Sí mejorarlo».
Mollejo está encantado con su polivalencia
Consolidado ya en el carril zurdo, Mollejo está disfrutando de la experiencia: «Es una posición nueva e intento sentirme cómodo. Si me ponen ahí es por algo. Intento aprender del entrenador, de compañeros como Salva y Luis, que también me ayudan en tareas defensivas. Cada partido que pasa te sientes más cómodo y sufres menos atrás».
Esta semana jugó de extremo derecho con la Sub-19 y el internacional cree que esa polivalencia es un valor añadido: «¿Chico para todo? Encantado de serlo. Cuantas más posiciones domines, más posibilidades tienes de jugar y yo es lo que quiero, sumar minutos. No me hubiera imaginado poder jugar donde lo estoy haciendo, pero estoy contento por cómo se está dando. El juego del equipo me favorece para llegar al ataque, llegar al remate. Y los compañeros me dan esa confianza, cada vez llegan más balones a mi banda. Feliz por ser carrilero, extremo si me toca, delantero… estoy para lo que quiera el míster«.
Deseando ver un derbi en Riazor
Tras unos días fuera de la dinámica, en su regreso a Abegondo ha comprobado cómo la derrota en Zaragoza no ha afectado demasiado al vestuario. El equipo está deseando jugar de nuevo y Mollejo, ilusionado por su primer derbi en Riazor: «Siempre hay ganas de jugar en casa y más con el ambiente que está habiendo. Será difícil, porque vienen en buena dinámica. Son un buen equipo y sus fichajes están marcando».
El colchonero asegura que en este tipo de partidos «estoy en mi rollo, me encanta ese ambiente. Cuando llegas al estadio y ves a la afición… es algo que me gusta mucho. En el Atlético la afición es muy cercana y en ese sentido la del Dépor me está sorprendiendo para bien por la cantidad de gente que viene. Animan todos y es una caldera».