Como España, Portugal también se prepara para el regreso del fútbol tras la crisis del coronavirus y Natxo González ya trabaja para ponerle hacer un buen final de temporada con el Tondela. En su primera aventura en el extranjero, el técnico vasco tuvo un inicio prometedor, colocando durante la primera a vuelta a un modesto en la zona noble de la clasificación. Antes del parón atravesaba un bache, pero todavía tiene nueve puntos de ventaja sobre el descenso. En una entrevista con Edu Pino, el entrenador habla de su decisión de irse al país vecino y de su paso por A Coruña: «Sabía que ir al Deportivo era una apuesta arriesgada y no me dejaron acabar».
Primero, Natxo explica lo que lo llevó a Tondela: «Era un desconocido para muchos y para mí también. Pero salgo de A Coruña y es la primera propuesta que me llega. Nos juntamos, el club está liderado por gente española y es un proyecto interesante. Un club pequeño, pero con ganas de hacer cosas, de dar un salto cualitativo. Y es la primera división de Portugal. Entre eso y que analizando la Segunda de España veía que no iba a haber muchos cambios en los banquillos… entendía que era un buen momento para vivir otra liga, otra cultura. Tenía buena pinta y estoy encantado».
También recordó su llegada a Riazor y lamenta cómo acabó su trayecto en el banquillo blanquiazul: «Me fui a un club como el Deportivo, recién descendido y sabiendo que era una apuesta arriesgada, un cara o cruz. Todos sabemos que los recién ascendidos son los de más presupuesto, se habla de historia y todos creen que tienen que estar en Primera. Era una moneda al aire, pero creía que tenía que asumirlo. Y tampoco puedo decir que no cumplimos con el objetivo, porque no me dejaron acabar. Estábamos en posiciones de playoff y no se me permitió. Pero todos sabemos que cuanto más arriba estás, cuanto más importante es el equipo que entrenas y más ambicioso, el margen es menor».
Natxo González ve demasiada prisa en el mundo del fútbol
Hablando de los problemas que tuvo el Reus y las dificultades del Nastic esta temporada, peleando por no bajar a Tercera, Natxo González reflexionó también sobre las prisas en el fútbol actual: «Equipos como el Nàstic hay muchos. Falta estabilidad, hay urgencias, se quiere ser más que otros… eso te lleva a no tener estabilidad. Y cuando no la hay, pasan entrenadores y difícilmente se llega a tener esa base. Hoy en día, y no solo en el Nàstic, son todo prisas. Todos queremos subir a la luna, queremos jugar la Champions. Y hay que ser conscientes de quién somos y hasta dónde podemos llegar. Hay que confiar en las personas, porque cada vez hay menos proyectos que encuentren esa base para buscar objetivos a medio plazo. Se tiende al corto plazo y así es complicado generar algo consistente y fiable».