El Deportivo de La Coruña volvió en la mañana de este miércoles a los entrenamientos para empezar a preparar el partido del domingo ante la Cultural Leonesa. El equipo contó con las noticias positivas del regreso a la dinámica de grupo de tres futbolistas que trabajaban al margen. Son novedades optimistas para un Óscar Cano que, sin embargo, acumulará un nuevo partido sin poder darle continuidad al once inicial.
Primero fueron sus dudas en el centro del campo las que lo impidieron. Y ahora que el técnico parecía haber empezado a encontrar a su ‘guardia pretoriana’ -calcó la alineación ante el Castilla y el Algeciras-, las lesiones le están impidiendo darle continuidad a un bloque inamovible. Así, en el que será su sexto partido dirigiendo al Dépor, Cano pondrá en liza su quinto once distinto. Las ausencias de Mackay, Pablo Martínez y Diego Villares, que hasta ahora acumulaban cuatro titularidades cada uno, obligarán al preparador granadino a darle una nueva vuelta de tuerca a su alineación.
Portería y eje de la zaga claros
Los primeros problemas para Cano a la hora de construir su once empiezan atrás. La lesión en el hombro de Mackay le niegan la posibilidad de repetir bajo el arco, por lo que será la primera oportunidad como titular para Edu Sousa con el nuevo técnico. El meta tudense ya debutó oficialmente en el once inicial ante el Rayo Majadahonda a domicilio, pero el domingo tendrá la oportunidad de hacerlo en Riazor.
Mientras, en el centro de la zaga, Pablo Martínez había sido hasta ahora el único inamovible para el técnico. Su pareja ideal parecía ser Adrián Lapeña, al que el preparador solo tuvo que relevar tras su expulsión en Valdebebas y al que le permitió recuperar la titularidad en cuanto cumplió sanción. Sin el central francés y con Granero también fuera, todos los caminos van hacia el retorno del binomio Lapeña-Jaime. Este último ofreció buenas sensaciones ante el Sanse sustituyendo al ex del Castellón.
Óscar Cano y sus relevos en la sala de máquinas
En el centro del campo, la lesión de Diego Villares obligará al técnico a componer su quinta sala de máquinas diferente. En el debut ante el Linares, Óscar Cano apostó por Álex Bergantiños como pivote, flanqueado por Roberto Olabe y Rubén Díez. Desde entonces, el zaragozano es el único denominador común del mediocampo. Porque solo él ha sido inamovible en ese escalón del interior derecho al que ha sido reubicado desde la llegada del que ya fuera su entrenador en Castalia.
En el puesto de pivote, Villares suplió a Bergantiños en los tres partidos de liga siguientes. Pero la dolencia muscular que se produjo en Copa del Rey le deja fuera de la ecuación. Su lugar lo podría ocupar el propia Álex o bien Roberto Olabe.
El canterano de la Real jugó los dos primeros partidos de Cano como interior izquierdo. Pero en el tercero, con Isi Gómez ya al 100%, el técnico dio la oportunidad al futbolista que ya conocía de su etapa en el Badajoz. Isi fue titular ante el Sanse, pero de nuevo unas molestias físicas le alejaron del equipo en el choque contra el Algeciras, en el que Óscar Cano apostó por el Rubén-Villares-Olabe de nuevo, como en Valdebebas. El hecho de repetir centro del campo le condujo, por ende, a repetir también once al completo.
El ataque, sin necesidad de cambiar
Por último, en ataque, Óscar Cano sí cuenta a día de hoy con todos sus efectivos, por lo que no tiene por qué modificar nada con respecto a su propuesta liguera, que siempre ha ido enfocada al tridente Quiles-Svensson-Soriano. Únicamente si Olabe entra como pivote se abriría un hueco evidente para que Mario pudiese retrasar su posición al interior izquierdo. El último movimiento de ese efecto dominó dejaría vacante el puesto de extremo izquierdo, con Víctor Narro y Yeremay Hernández como únicos candidatos tras la marcha de Ibai Gómez.