El de este sábado en Pasarón no será un encuentro trascendental para el Deportivo. Lo que pudo ser un choque decisivo en el que el equipo coruñés se jugase el ascenso y el cuadro pontevedrés la permanencia, se ha quedado ‘únicamente’ en un derbi gallego en el que el bloque deportivista disputa la tercera posición. Un premio menor, aunque mucho más trascendente de lo que parece de cara al playoff de ascenso.
Sin embargo, a Rubén de la Barrera, el nombre del Pontevedra seguro le traerá recuerdos intensos. Felices, aunque más bien por el alivio que tanto él como el Deportivo sintieron después de aquel partido del 7 de marzo del 2021, en la última temporada de la ya extinta Segunda B. Un encuentro a principios de la primavera que ya era una ‘final’ por evitar caer todavía más abajo de la tercera categoría.
El técnico coruñés había cogido en enero a un equipo que iba segundo, pero acumulaba dos derrotas consecutivas, lo que propició la destitución de Fernando Vázquez. En sus seis primeros partidos, el Dépor de Rubén de la Barrera había sido únicamente capaz de ganar uno, lo que le llevó a caer hasta la sexta posición. Un puesto que en aquella liga dividida en dos fases, era la frontera con caer a Segunda o incluso a Tercera Federación. Es decir, la frontera con el descenso.
El Deportivo-Pontevedra era la 16ª fecha. O, lo que es lo mismo, la antepenúltima jornada de la primera fase. El equipo coruñés se medía en casa al séptimo clasificado. El cuadro granate tenía tan solo dos puntos menos, por lo que una derrota del bloque herculino le mandaba a puestos de descenso sin apenas margen para salir de ellos. Era una ‘final’ en marzo. Porque incluso un empate le podía meter en problemas con un Coruxo que era octavo y solo estaba a tres puntos.
El encuentro era un drama. El Dépor y el Pontevedra llegaban de perder contra el Racing de Ferrol y el Compostela, respetivamente. Con el condicionante de llevar mascando esas derrotas dos semanas, al haber un fin de semana de descanso antes del choque de Riazor. La situación no hacía sino acrecentar todavía más la sensación de tragedia.
Finalmente, el Deportivo resolvió el choque con un golazo inicial de Keko Gontán y amarró con una gran parada definitiva de Lucho García. Un 1-0 escueto en un partido muy cerrado que le permitía alejar casi de manera definitiva los fantasmas de otro descenso. En este caso, ya al inframundo del fútbol nacional.
Una triunfo que fue despegue para Rubén de la Barrera
Aquella victoria en Riazor el día que Derik Osede, ahora en el Pontevedra, se lesionó el tendón de Aquiles no fue solo un alivio para el Dépor. Porque supuso un punto de inflexión en su temporada. Tanto que el equipo deportivista acabó cuarto, a tan solo un punto de una tercera posición que le hubiese asegurado ya entonces la presencia en Primera Federación y permitido luchar por clasificarse para el playoff de ascenso a Segunda.
En una segunda fase en la que debía quedar primero o segundo para al menos ‘quedarse’ en la tercera categoría (la novedosa Primera RFEF), el cuadro herculino venció 3 encuentros, empató uno y perdió otro para asegurarse el billete con una jornada de antelación.
Ahora, poco más de dos años más tarde, el Deportivo y Rubén de la Barrera se ven las caras de nuevo contra el Pontevedra. Lo hacen con la perspectiva de lograr de nuevo un triunfo ante su vecino del sur e iniciar otro ‘despegue’, rompiendo su mala racha a domicilio justo a las puertas del playoff. Venciendo al rival de aquella ‘final’ para afrontar los que de verdad serán los partidos decisivos de este curso.