El Deportivo recibe esta tarde (18:00 horas) al Centre d’Esports Sabadell, en el que será el regreso de Óscar Cano a Riazor. El técnico granadino vuelve a A Coruña después de haber sido capaz de levantar a un conjunto que estaba tocado y casi parecía hundido. Porque cogió al cuadro arlequinado colista, a 7 puntos de la permanencia y ahora, 14 fechas después, lo tiene 2 por encima de los puestos de descenso.
La remontada del cuadro catalán se explica a partir del mano del entrenador, capaz en primer lugar de cortar la sangría de goles que recibía su equipo, una de las claves que explicaban por qué era incapaz de sumar con asiduidad. Sin ser tampoco unos números defensivos extraordinarios, con Cano el Sabadell ha encajado 16 tantos en 14 encuentros. Casi en el mismo número de partidos (13), el conjunto barcelonés recibió 24 tantos en el inicio de liga.
A esta mejoría defensiva, Cano ha unido un mayor volumen de variables ofensivas que le han servido para mantener los números en ataque: 13 goles sin él, 14 desde su llegada. Las cifras no engañan y colocan al equipo de Cano como el quinto mejor (empatado con sexto y séptimo) del Grupo 1 desde la entrada del preparador nazarí, que ha logrado 6 victorias (incluidas las 2 únicas como visitantes) y 4 empates.
Aunque el trabajo de Cano no se explica sin las modificaciones en la plantilla. Un aspecto donde toma protagonismo otro de los protagonistas del nuevo Sabadell y también con pasado deportivista: Carlos Rosende. El coruñés salió del Dépor el pasado verano y unos meses después de hizo cargo del histórico club catalán.
Tras el cambio de entrenador para apostar por un hombre de su confianza como Cano, llegó el mercado invernal, en el arribaron a la Nova Creu Alta media docena de incorporaciones: el central Jesús Fernández, el lateral Jordi Calavera, los centrocampistas Sergi Maestre y Carles Salvador y los atacantes Abde y David Soto. Para dar cabida a las nuevas piezas volaron hombres como el lateral Juanmi Carrión, los mediocentros Beitia y Fran Callejón o el mediapunta Cristian Herrera, uno de los futbolistas con más talento de la anterior plantilla.
Pero el balance entre salidas y entradas ha sido, evidentemente, muy positivo. Porque Óscar Cano ha ido encontrando un equipo capaz de competir bien en la categoría, con un once ‘tipo’ que en nada se parece al de su debut ante el Lugo. Porque de aquel encuentro del 19 de noviembre que el CE Sabadell perdió por 0-1, apenas permanecen en la alineación habitual cuatro jugadores: el meta Adrián Ortolà, el central Pau Resta, el ahora carrilero zurdo Toni Herrero y el habitual en el otro pasillo externo, David Astals.
¿Hacia dónde ha ido evolucionando el equipo catalán? ¿Se parece el Sabadell de Óscar Cano en algo al Deportivo de Óscar Cano? Con matices, podríamos decir que no mucho. Al menos no al conjunto de Riazor súper dominante con balón, capaz de controlar de cabo a rabo, muy asociativo por dentro y que terminaba imponiéndose al rival por puro sometimiento al ser capaz de amasar pelota de manera constante en campo rival.
Es normal. Más allá de sus preferencias futbolísticas, Óscar Cano es un técnico que siempre ha querido destacar su faceta de ‘facilitador de contextos’ más que de ‘impositor de estilos’. Es decir, que se adapta tremendamente a los futbolistas de los que dispone, a sus características y a las interrelaciones naturales que van surgiendo entre ellos.
En este sentido, aquel Dépor de Cano era un equipo de centrocampistas, capaz de juntar en un mismo once a Olabe, Isi Gómez, Rubén Díez, Mario Soriano, Alberto Quiles y Lucas Pérez. Todos ellos hombres con una sensibilidad especial para el fútbol asociativo en corto y por dentro. Con ellos, es casi imposible no tener una personalidad como equipo reconocible, basada en un fútbol combinativo que busca generar ventajas desde la creación de superioridades a través del pase.
Este Sabadell poco tiene que ver con aquel Dépor. Porque apenas tiene centrocampistas y es un conjunto mucho más vertical. Cano arrancó con línea de cuatro atrás, pero pronto reculó y apostó por una estructura de tres centrales y dos carrileros como base. Por delante, dos medios que no extrañaría que en Riazor fuesen tres. Y arriba, a priori, un punta y dos jugadores acompañándole más o menos abiertos en función de la circunstancias.
Sí, el Sabadell de Cano también suele iniciar el juego desde atrás en corto, aprovechando el buen pie de Ortolà, la salida natural de Pau Resta desde el perfil zurdo y el hecho de contar, de manera habitual, con dos futbolistas súper dotados con balón como el mediocentro Sergi Maestre y el lateral Jordi Calavera para los otros dos puestos en la zaga. La ausencia de Amelibia está provocando que Cano tenga que invertir en Maestre como central ‘líbero’ ante la desconfianza en Jesús Fernández. Y aunque las capacidades del catalán eran otras, a sus 33 años está resolviendo la papeleta y, sobre todo, elevando la capacidad de salida de balón del equipo.
A esta trío más el portero se le suman los dos mediocentros más recurrentes: Carles Salvador y el joven Marc Doménech. Ambos forman un buen doble pivote que, sobre todo en labores de creación, se complementa y bien y dota de criterio al equipo. Participan en la creación, yendo cerca de los centrales o esperando un poco más altos, pero siempre dentro y predispuestos a recibir.
Porque la idea del Sabadell ante equipos presionantes es atraer la presión para buscar a sus alejados con más espacio o encontrar la ventaja fuera. Por ahí, en el exterior, siempre están abiertos unos Astrals y Herrero que no parten muy altos, pero sí tienen esa vocación ofensiva para la conducción, el centro o la aparición al segundo palo.
Mientras, el trío Vladys, Baselga y Abde no podrá ser de la partida en Riazor ante la baja del primero, un futbolista que puede partir más por dentro o por fuera y que aporta la energía que Cano buscaba cuando recurría a Max Svensson. Precisamente por esta ausencia, no sería de extrañar que el Sabadell partiese hoy con un centrocampista más, aunque este fuese un mediapunta para buscar la espalda del doble pivote como es Marc Marruecos, otro de los jóvenes a los que el técnico granadino está dando chance.
De este modo, el CE Sabadell de Óscar Cano que hoy visita a Riazor es mucho menos ‘purista’ que aquel Dépor de Óscar Cano, aunque sí recuerda a él en muchos comportamientos defensivos a la hora de mezclar alturas de presión o defender en bloques cortos.
Menos similar es en ataque, porque aunque acumula pases en la zona de iniciación, prefiere correr por fuera o encontrar rápido con espacios a sus atacantes. Algo parecido a lo que quiso ser y no fue el Deportivo de Cano a domicilio, un equipo más directo que no logró encontrar los resultados, el verdadero debe del técnico en A Coruña más allá de su incapaz para conectar comunicativamente con la afición deportivista.
Así que no, el Sabadell no apunta a ser un equipo dominante en Riazor. Para empezar, porque en A Coruña el guion de los partidos los suele marcar el Dépor por idea y por capacidad de sus futbolistas. Y para continuar, porque el Sabadell de Óscar Cano prefiere tener menos el balón para amenazar más con espacios.