Ganó el Deportivo en Extremadura, pero las dudas con las que el equipo blanquiazul salió de Almendralejo fueron similares a las que se trajo del Carlos Belmonte hace una semana. Porque el conjunto que dirige Natxo González quiere mandar, pero todavía no sabe muy bien cómo. En esto influye el recurrente atenuante de ser un equipo en construcción, pero también un problema que en estos dos encuentros no parece tener mucho que ver con el funcionamiento colectivo: el técnico vasco todavía no ha encontrado a su mediapunta.
Carles Gil y Pedro Sánchez han tenido una oportunidad cada uno y en ambos casos terminaron el partido siendo el eslabón más débil del ataque deportivista. Ninguno encontró nunca la forma de recibir con comodidad a la espalda de los mediocentros rivales y toda la cadena de montaje se estancaba cuando la jugada pedía una aparición entre líneas. Ante el Extremadura, Mosquera, Bergantiños y Vicente Gómez intentaron buscar siempre al valenciano, que sólo se dejó ver retrasando demasiado su posición o tirándose a un costado.
Es esto en parte el motivo de la poca profundidad de la que se quejaba Natxo. Porque sí es cierto que el Dépor logra establecerse con la pelota en campo contrario, pero sólo consigue dar sensación de peligro cuando aparecen los laterales, el otro recurso ofensivo del dibujo blanquiazul. Así se fue una primera parte en la que, a pesar del dominio blanquiazul, la mejor ocasión fue para el Extremadura tras un grave error de Bóveda en la entrega.
Todo mejoró después del gol, uno de esos chispazos en los que el equipo fue capaz de llevar el balón de una banda a otra. Borja Valle, encargado también de colaborar en las tareas de enganche, llevó el balón a trompicones hasta la bota de Quique González, que no perdonó. Ese ha sido el sino de los delanteros hasta el momento, buscarse la vida en balones largos esperando a que los alimenten.
Cuando el Extremadura se estiró en busca del empate llegaron unos buenos minutos de Carles y del Dépor. Porque el zurdo sigue siendo más de jugadas que de juego. A punto estuvo de hacer el segundo tras una buena maniobra en la frontal y le puso otro tanto a Borja Valle en bandeja que el berciano no quiso, mandando el balón fuera tras driblar al portero.

Es significativo que en los dos encuentros Natxo haya sacrificado a su mediapunta durante el partido sin darle minutos al recambio. Porque en el Francisco de la Hera Pedro Sánchez se quedó inédito como Gil en Albacete. Y eso también influyó en que, en ambos casos, el equipo coruñés no fuera capaz de proteger el marcador con balón y acabase pidiendo la hora.
Para atacar y para defender, el Deportivo necesita encontrar cuanto antes esa figura del ’10’ que tantos años lleva al borde de la extinción. Natxo sabe que ahora mismo esa pieza marca la diferencia entre dominar los partidos a ratos y con ocasiones a cuentagotas, o someter a los rivales conquistando el centro del campo y amenazando cada vez que el balón llega limpio a la frontal.