Diego Villares se ha convertido en una pieza fundamental para Rubén de la Barrera desde su llegada y también está asumiendo responsabilidades en el Deportivo a la hora de dar la cara. El centrocampista explicó cómo sentaron las palabras del presidente Antonio Couceiro en el vestuario, tanto las referidas a la continuidad del proyecto como en las que señalaba que el ascenso «sería un milagro»: «Algo siempre tranquiliza, pero el objetivo es el mismo. Nadie cambia el objetivo de ganar estos tres partidos que quedan hasta el final de la primera fase ¿Un milagro? Sí que está difícil. Miras la clasificación y está chungo, pero ojalá podamos equivocar, por así decirlo, al presidente y dar la sorpresa».
Villares reconoce que uno de los temas tratados en los últimos días ha sido la necesidad de no bajar los brazos ante el menor golpe recibido: «Estamos concienciados y con ganas de que llegue el domingo. Es un partido importante para nosotros, pero también para el Pontevedra, que también se juega mucho. Ante el Racing hubo ese bajón en el partido, sí que se notó. Pero es fruto de que no llegan los goles y te ves teniendo que marcar dos… es duro y te da ese bajón. Y sí que lo hablamos, que no puede ser así porque tampoco es imposible remontar».
Así explica Villares la mala racha del Fabril
Villares no olvida el Fabril, equipo del que hasta hace un mes era capitán, reconociendo que sigue de cerca la mala racha del filial: «Hablo con ellos bastante. Al final compartimos horarios y ciudad deportiva, paso a verlos… creo que lo que más influyó fueron los partidos aplazados, tanto tiempo sin competir. En un equipo tan joven eso se notó bastante«.
Para terminar, el de Vilalba dejó claro lo que supone recuperar aficionados en las gradas de Riazor: «Estamos muy contentos por esa parte. Aunque sean pocos. Esperamos que con el paso de las semanas pueda ir regresando gente y empiecen a llenarse las gradas».