Aunque tarde por los últimos acontecimientos en la denominada Operación Neptuno que priorizan la actualidad, llega el análisis del encuentro entre el conjunto gallego y el ilicitano.
1. Victoria importantísima, balsámica que dirían algunos, del Deportivo en un ‘six pointer match’ (partidos de seis puntos). Así se le denominan en Inglaterra a los enfrentamientos entre dos equipos que estén luchando en la competición doméstica por los mismos objetivos. Es un partido de seis puntos porque en caso de ganar sumas tres puntos y tu rival deja de sumar tres. El Dépor, además de vencer, deja muy tocado al Elche.
2. Vi en Riazor a un Víctor Fernández atrevido. Un VF que, a pesar de saberse con el agua al cuello, no echó a su equipo atrás con los cambios aunque el marcador le fuese favorable. Por ello, cuando retiró del campo a Luis Fariña por precaución -no olvidemos que llevaba tan solo seis entrenamientos después de recuperarse de una lesión-, no metió a un defensa. Podía reforzarse, pero no. Volvió a apostar por un jugador creativo para que se moviese entre líneas. Juan Carlos fue nuevamente el cambio tal y como había pasado con Lucas Pérez en la victoria ante el Valencia en Riazor. Más comprensible fue el cambio de Insua por Toché en el 87′, una torre más para los últimos balones colgados.
3. Sin embargo, a Víctor Fernández, que se estaba jugando el continuar en el banquillo del Deportivo, le salvó el puesto Fabricio. Su parada con el hombro después del jugadón de Fayçal Fajr es bestial. El francés dejó sentado a Luisinho primero y a Sidnei después y cuando parecía que el Elche empataba cerca del final apareció el canario con una parada antológica. También se tuvo que esmerar minutos después en una acción embarullada. Pleno de reflejos y de concentración, el que en su momento quiso Arsene Wenger hace muchos años es ahora un inamovible en la portería blanquiazul.
Por cierto, ahora entiendo por qué Arsène Wenger le echó el ojo a Fabricio en su etapa como juvenil. Francis Cagigao, ¡aléjate, por favor!
— Pablo Varela (@varela_pv) diciembre 15, 2014
4. Volvió y le dio otro aire al ataque del Deportivo. Luis Fariña es uno de los jugadores diferentes que tiene el Deportivo en la parcela atacante. Víctor Fernández le esperó todo lo que pudo y el argentino le respondió con pausa, desparpajo y talento en la mediapunta. Ah, y un golazo, que no se me olvide. Porque al Deportivo le está costando muchísimo hacer gol -el último en Liga lo marcó el 9 de noviembre en la derrota ante el Getafe- y Lucho se lo inventó de la nada. Es cierto que el balón lo recibió dentro del área, pero él se lo buscó, él se lo cocinó y él se lo comió.
5. Tras una gran primera parte, el Dépor perdió el dominio del partido mediada la segunda mitad. Ya sin Fariña en el campo y el Elche cogiendo confianza, el entrenador deportivista quiso equilibrar el centro del campo y dotarlo de mayor capacidad de recuperación. Ahí el cambio de Wilk fue importantísimo. Al banquillo Medunjanin y el polaco y Álex para destruir ya que con Juan Carlos, Cavaleiro, José Rodríguez y los laterales tenían suficiente para volver a llegar a la portería de Tyton.
6. Y ya sin tiempo a saborear la victoria y las buenas sensaciones de estos tres últimos partidos (Copa y Liga ante el Málaga y Liga ante el Elche) toca volver a vestirse de corto para jugar la vuelta de los 1/16 de final. Y poco tiempo más para descansar porque tenemos que ir a El Madrigal, donde espero que el Dépor consiga dejar una buena imagen -¿y por qué no una victoria?- contra un gran equipo como es el Villarreal de Marcelino. Que, por cierto, habrá reencuentro entre Fariña y Luciano Vietto después de compartir vestuario en un Racing Club de Avellaneda que todavía sigue de celebración.