Arsenio Iglesias es una de esas figuras eternas que siempre quedarán en la memoria histórica del Deportivo. Además del éxito conseguido en el banquillo como entrenador, tuvo un papel destacado en su etapa como futbolista. Queremos empezar una nueva sección acordándonos de cómo fueron sus inicios en el fútbol, en un lugar por el que pasarán distintos entrenadores y futbolistas que estuvieron defendiendo la blanquiazul a lo largo de la historia.
Si pudiésemos viajar en el tiempo, tendríamos que hacerlo hasta la temporada 51-52. Chacho, entrenador del Deportivo en esos momentos, hacía debutar a un joven futbolista de Arteixo. Su alternativa llegaría en Les Corts, contra el todopoderoso Barcelona. Los coruñeses cayeron por un contundente 6-1, pero justamente el gol del honor fue el del debutante Arsenio Iglesias. De ese partido se dice que tras marcarle al mítico Ramallets, al verle la cara de sorpresa, el ‘Zorro de Arteixo’ se acercó y le dijo «perdón, señor». Su buena actuación significó hacerse con la titularidad ante el Espanyol, donde sí se ganó por 3-1.
Arsenio marcaría de nuevo ante el Athletic y ante el Celta, donde los deportivistas ganarían por 3-1 y 3-0 respectivamente. Ese curso, además, se produjo también el debut de Juan Ignacio Otero, que a la postre se convirtió en el sucesor del gran Acuña.
Hasta cinco entrenadores en una misma temporada
El Deportivo de los últimos tiempos se puede ver reflejado en el curso 52-53. Con Arsenio Iglesias ya asentado en el once titular, pasarían hasta cinco entrenadores por el banquillo. Esa temporada, además, vería la luz el semanario Riazor, creado por Antonio Amado y Orestes Vara, redactor de La Voz. Justo en un año donde el Deportivo jugó la liguilla de permanencia de Primera División junto al Celta, Avilés, España Industrial (filial del Barcelona), Hércules y Atlético Tetuán.
En el inicio de la liguilla, Fernando Fariña era el entrenador, perdiendo el primer partido ante el Tetuán por 2-0. El siguiente partido sería sin goles ante el España Industrial, lo que significó su cese. Waldo Botana lo sustituyó unos días, hasta que el presidente Rafael Salgado Torres apostó por Helenio Herrera, uno de los entrenadores más revolucionarios de la historia del fútbol. Curiosamente, el técnico solicitó que se depositase el dinero por adelantado en un banco de A Coruña, o no saldría de Málaga. Cabe recordar que había descendido a Segunda con los andaluces y hasta había sido sancionado por unas polémicas declaraciones tras un partido en Riazor.
Helenio Herrera y la peleada permanencia
Con él como entrenador, se le ganó al Avilés por 1-0, pero se cayó ante el Hércules y Celta. La primera vuelta terminó con el Deportivo último, con 3 puntos, el Español Industrial líder con 7 y el Celta con 6. Curiosamente, Helenio Herrera no se mostró preocupado, más bien todo lo contrario, «no pasa nada, la liguilla está ganada», espetó.
La siguiente jornada, el Dépor doblegó al Atlético Tetuán por 3-0. En Les Corts hicieron lo propio ante el España Industrial. Pero cuando todo apuntaba a la recuperación, cayeron en Avilés por 3-1. En al penúltima jornada, la victoria ante el Hércules lo apretó todo. Lideraba el España Industrial con 10 puntos, los mismos que el Celta, mientras que el Deportivo era tercero con 9. Todo pasaba por ganar en Balaídos.
El 12 de julio de 1953 se jugó el partido en Balaídos, con Arsenio titular. El primer gol lo marcó Corcuera, a los siete minutos, provocando el estallido de la multitud de aficionados que se había desplazado. Oswaldo, de cabeza, puso el segundo al cuarto de hora. Amoedo recortó distancias, pero apareció Arsenio Iglesias para hacer el definitivo 3-1 antes del descanso. El Deportivo se hizo con la liguilla, como había pronosticado Helenio Herrera, y la renuncia del España Industrial hizo que el Celta también se quedase en Primera. Al día siguiente hubo recibimiento al equipo en la avenida de la Marina, donde el entrenador fue sacado a hombros del bus.
De hecho, Helenio Herrera merecerá su propio capítulo. En el partido ante el Celta, y teniendo en cuenta que le encantaba poner nervioso al rival, el Deportivo llegó tarde al campo e hizo que sus jugadores se vistiesen con calma. A las cinco, con el Celta esperando en el campo, el timbre de los vestuarios sonaba de forma insistente. Helenio solicitó poner un pañuelo en el ‘gong’ para que dejase de sonar. La multa no era excesiva por saltar con retraso, y cuando lo hicieron les gritó «¡Ánimo muchachos, esto ya está ganado, les tenemos comida la moral!». Como curiosidad, se llevó el café y té de A Coruña a Vigo, no se fiaba.
Arsenio Iglesias y la irrupción de Luis Suárez
Un año después, en la 52-53, Arsenio Iglesias compartía vestuario con históricos como Acuña, Oswaldo o Pahíño. Este último, un histórico del Celta que había sido traspasado al Real Madrid, terminó en A Coruña tras la llegada a la capital de Di Stéfano. Se pagó un millón de pesetas por tres temporadas y su rendimiento bien mereció la pena hasta el último céntimo. Pero ese año irrumpió con fuerza un canterano, Luis Suárez Miramontes, que llamó poderosamente la atención. Debutó el 6 de diciembre, ante el Barcelona de Kubala, y se llevó una de las mayores ovaciones pese a que fue una derrota 6-1 para los coruñeses. La prensa local aseguró en ese momento que «ese pequeño debutante, Suárez, llegará muy lejos». Sin duda, no se equivocaban.
El descenso y la salida de Arsenio Iglesias al Sevilla
En la temporada 54-55, con Zubieta haciendo de entrenador y jugador, el Deportivo ganó por 4-2 al Sevilla en Riazor. Brilló con luz propia Arsenio Iglesias, que agradó tanto a Helenio Herrera que recomendó a los hispalenses su fichaje. Curiosamente, en la temporada siguiente, la derrota por 0-7 con el Barcelona, hizo que Arsenio y Lechuga fuesen sancionados por bajo rendimiento en ese partido, aunque las crónicas locales señalaban que la sanción debería ser para todo el equipo. El descenso a Segunda División en la 56-57 supuso la despedida de Arsenio Iglesias que finalmente llegó al Sevilla.
Se despedía del Deportivo con un total de 135 partidos jugados y 32 goles. De A Coruña pasó a jugar una temporada en el Sevilla, para después firmar con el Granada y posteriormente con el Oviedo. Se retiró tras la temporada 64-65.
Arsenio Iglesias, del campo al banquillo
Tras retirarse, volvió a A Coruña donde entrenó al filial del Deportivo. En la 70/71 se hizo cargo del primer equipo consiguiendo el ascenso. Entrenó dos temporadas más al Deportivo, llamando la atención de un José Rico Pérez que lo fichó para el Hércules con la idea de subir a Primera. Tras un mal inicio, llegando a ser pitado por la afición, se convirtió en uno de los entrenadores históricos de los alicantinos. Pasó además por los banquillos de Zaragoza, Burgos, Elche y Almería. Regresó en 1982 al Deportivo, y el resto de la historia, ya la conocen.
Fuente: Un Club Centenario, de Carlos Fernández Santander.