Eneko Bóveda, uno de los portavoces habituales del Deportivo, analizó la delicada situación del equipo en una larga comparecencia que se acercó a la media hora. En ella quiso poner en perspectiva las palabras de Dani Giménez, en las que insinuaba que quizá habría que mirar al Fabril: «Nunca he visto a un jugador que pida que hay que quitarlo para poner a otro. O que haya que fichar a alguien para su posición. Nuestra credibilidad a la hora de proponer cambios hay que cogerla con pinzas. Sé lo que me toca, sé quién es el que manda sobre mí y al que sigo. Y ese no es otro que el entrenador. Después, en rueda de prensa, cerca del partido… el encuentro del otro día es un sufrimiento para todos y coloco esas declaraciones que pueden sonar un poco diferentes en ese contexto tan difícil».
El vasco siguió por ese camino, asegurando que todos deberían tener claro que la persona a seguir es la que se sienta en el banquillo: «Si lo cree el entrenador (necesidad de una revolución), yo lo creo. Si no lo cree él, no lo creo yo. Creeré en lo que crea él. Si cree que son necesarios 11 cambios, 20, cambiar el sistema… yo creeré que es el momento. En lo que crea él, no en lo que nadie más cree. Si dice tres centrales, yo quiero tres centrales. Si dice cinco delanteros, pues para mí es el mejor sistema. Y me gustaría que esa fuera la forma de trabajar de un equipo. Lo que diga el entrenador. Que si soy delantero y el entrenador dice que se juega sin delantero, pues llego a casa y lo comento con mi mujer, pero lo que diga el técnico es lo que toca. Yo en opiniones tácticas o de propuestas no entro ni por el forro».
Pese al desastre que está siendo la temporada, Bóveda sigue confiando: «El tiempo dirá si somos capaces. Habrá quien piense que no y argumentos tiene para ello. Y habrá gente que piense que sí y también los tiene. Los jugadores no han empezado este año en el fútbol. El que haya visto a estos jugadores más tiempo es posible que crea más. El que los haya visto sólo este año o sus valoraciones se basen en lo último, o el que sea más visceral… Yo defiendo a los míos. Los resultados hasta ahora han sido malos, pero creo que con la misma gente pueden acabar siendo mucho mejores«.
Bóveda reflexiona sobre el hartazgo de la afición
El lateral tiene claro que no está en posición de pedirle nada a nadie, pero sí dejó una reflexión sobre la tensión que hay en el entorno del Deportivo y las últimas pintadas dirigidas a Carmelo: «Se va de madre, sí, pero no sólo aquí. Se ha salido de madre y ahora toca aquí, luego a nuestros vecinos y luego a los que están un poco más lejos. Muchas veces estas cosas no sé hasta donde sí, hasta donde no… hasta donde los sentimientos justifican las reacciones. Una especie de escrache a una persona porque no le salen las cosas… muchas veces se habla de proporcionalidad. Es la pregunta que uno se debe hacer, si la respuesta está siendo proporcional a los hechos».
Eso sí, por el momento los jugadores están quedando al margen de los mayores reproches, algo que Bóveda se explica así: «Creo que es porque la gente en el fondo quiere mucho a este club y cree que si mata a los jugadores está matando al club. Que al final somos los que salimos al campo y no quieren matar a sus soldados. Lo entiendo así. Es algo que he sentido en los últimos partidos en Riazor. Pese a todo, a la rabia, mucha gente que no nos quiere ni ver pasar por delante o vestir esta camiseta, saben que este sábado van a tener que salir 11 jugadores y a esos 11 hay que ayudarlos«.
Sin problemas en el vestuario
El propio Dani Giménez también reveló el sábado que hubo palabras más altas que otras en el vestuario, pero Bóveda le da normalidad y niega división en la caseta: «Jamás airearé lo que pase en el vestuario. Si hubo algo, hay que enmarcarlo en un contexto en el que las frustraciones pueden salir de una forma más o menos vehemente, o se pueda necesitar descargar esa frustración. Pero en el vestuario no hay problemas. ¿División? No es el caso».