Las casas hay que empezarlas por los cimientos. Y los cimientos, en el fútbol, equivalen a la defensa. Nos encantan los goles, los regates, los últimos pases y las celebraciones. Pero sin una base detrás, que cubra la espalda y soporte los ataques rivales, todo eso no serviría de nada.
El Deportivo Abanca, en este inicio de curso, está siendo capaz de mantener la regularidad defensiva. Cris Martínez, Inés Altamira, Raquel García y Samara -las zagueras más empleadas por Ferreras-; Lucía y Yohana -repartiéndose los minutos en portería-; y Henar y Paula -levantando un muro en el centro del campo-, han sido capaces de crear un entramado defensivo muy difícil de desactivar para los equipos rivales
En los 10 partidos que van de curso, las blanquiazules han encajado solamente 7 goles, de los cuales 4 fueron recibidos en la fatídica tarde de Cáceres. Quitando al Cacereño, Oviedo (1), Eibar (1) y Barça B (1) han sido los únicos capaces de perforar las mallas deportivistas. De toda la categoría, el Deportivo es el tercer equipo al que menos le han marcado, solo superadas por Eibar (5) y el propio Cacereño (5).
En la química está la clave. Martínez es una fija en el lateral diestro prácticamente desde su llegada en 2016. Inés y Raquel hicieron “match” en el centro de la defensa el curso pasado (jugaron el 93,3% y 96,4% de los minutos, respectivamente) y siguen siendo las centrales de confianza esta campaña, habiendo disputado todos los minutos hasta la fecha. Y Samara, pese a que llegó este curso, parece haberse adueñado de un lateral izquierdo que no tenía una ocupante fija desde la salida de Nuria Rábano en 2020. Se conocen, se entienden y trabajan día a día para evitar sustos en su línea.
Porque en un equipo con la capacidad ofensiva del Deportivo (Ainhoa, Millene, Charle, Laura, Suárez, Navarro, Eva Dios…), tener una retaguardia fiable es sinónimo de éxito. Cuantos más partidos queden a cero, más posibilidades hay de sumar de tres, porque las ocasiones para marcar llegan con facilidad.
Uno de los tópicos más manidos del vocabulario futbolero es aquel que dice que “los equipos empiezan a construirse desde atrás”. Pero es cierto. Y el Dépor tiene los pilares bien asentados: solidez, fiabilidad y seriedad.