El Dépor se despidió el año de su ascenso a la Segunda División con una sensación agridulce, pero tirando más hacia lo agrio que hacia lo dulce. Tras un arranque complicado de temporada, el Deportivo se despidió de una de sus competiciones fetiche, la Copa del Rey, demasiado pronto. Además, las sensaciones dejadas en Liga no fueron las mejores, a pesar del pequeño oasis en el partido ante el Castellón en el que los blanquiazukes golearon.
El peor inicio posible
El mes empezó de la peor manera posible para el Deportivo. El cuadro herculino comenzaba su andadura en una nueva edición de la Copa del Rey más tarde que la mayoría de equipos por su condición de campeón de Primera Federación. Esta ventaja con la que el club coruñés pudo saltarse una ronda de poco le sirvió. En su visita a O Couto, los blanquiazules cayeron por la mínima ante el Ourense CF.
En un encuentro en el que los visitantes fueron incapaces de romper las redes de un equipo de la zona baja de Primera Federación, el bicampeón de la Copa quedó eliminado tras un único partido en esta edición. Un gol en el minuto 87 de Ángel Sánchez a la salida de un córner le dio el billete a la siguiente fase al cuadro ourensano, apeando así al Dépor de la competición.
Las malas sensaciones coperas se prolongaron en la cita del fin de semana. El Zaragoza visitó Riazor inmerso en una mala racha de resultados. A pesar de ello, los zaragocistas salieron a por el partido y fueron superiores en juego y en ocasiones durante prácticamente los 90 minutos.
Aunque fueron los visitantes quienes llevaron la iniciativa, el Dépor golpeó primero por medio de Mario Soriano. En una velocísima contra conducida por Lucas Pérez, el de Monelos sirvió a Yeremay para que se plantase ante el portero. El canario, desde dentro del área, venció al portero pero no al poste. Mario Soriano fue el más listo de la clase para aprovechar el rebote que dejó la madera y marcar a placer.
Desde ese momento, a los siete minutos, los blanquiazules empezaron a luchar contra el reloj, mientras que el Zaragoza asediaba la meta de Helton Leite. El cuadro herculino resistió más de 80 minutos, pero acabó cediendo en el tiempo de descuento. Francho Serrano rescató dos puntos de Riazor cuando todo parecía perdido para los suyos.
Para alargar este extraño y complicado inicio de mes, el Dépor viajó a Tenerife, pero la expedición blanquiazul regresó de la isla sin deshacer las maletas. Debido a los fuertes vientos en la isla el partido se suspendió y los deportivistas tuvieron que volver a casa sin haber disputado el encuentro.
Todo o nada
Tras esta extraña primera mitad de mes, en la última semana del año con competición el Deportivo mostró sus dos caras bien diferenciadas. Ante el Castellón y el Mirandés, el equipo demostró ser capaz de lo mejor y de lo peor en tan solo cuatro días.
En la jornada intersemanal del mes de diciembre, el Castellón visitó A Coruña. Ambos equipos, en las últimas citas, nos tenían acostumbrados a dejar espectaculares partidos repletos de goles. Esta vez no fue menos. El Deportivo, con la figura de un Mella que anotó doblete, le endosó una manita a los orelluts. 5-1 fue el resultado final de un partido en el que se sumaron a la fiesta Villares, Barbero y Yeremay.
En el mismo escenario y pocos días después, se vieron las caras el Dépor y el Mirandés. En este caso el resultado fue completamente diferente al que se dio el jueves. Los blanquiazules firmaron uno de los peores partidos de la temporada, sucumbiendo por 0-4 ante el equipo revelación de la temporada. Urko Izeta, con un triplete, fue el jugador más destacado de los jabatos, que pasaron por encima de un Dépor de extremos, o el todo o la nada.