Este fin de semana no hay Liga, pero el Dépor tiene mucho trabajo por delante para seguir asimilando los conceptos de Cristóbal. El nuevo entrenador blanquiazul quiere aprovechar el parón para reforzar las ideas de sus primeros encuentros en el banquillo y para ello ha planificado cuatro sesiones de entrenamiento, todas en Abegondo. De miércoles a viernes el equipo trabajará por la mañana, pero el regreso será esta tarde, a partir de las 17:00 horas.
El mayor foco de atención durante los próximos días será comprobar cómo evolucionan los jugadores tocados. Ahora mismo hay cuatro con problemas físicos y el único que está totalmente descartado es Carles Gil. El valenciano, que avanza positivamente tras su operación de pubis, sigue trabajando en su readaptación en solitario y todavía le quedan unas semanas en el dique seco.
Los otros tres son Rubén, Adrián y Luisinho. El último en sufrir molestias fue el portugués, que no pudo terminar el encuentro contra el Atlético al sufrir un pinchazo en el muslo. El lateral estaba pendiente de ser evaluado por los médicos y de momento no hay parte, por lo que es posible que se haya quedado en un susto y pueda estar sin problemas para el duelo ante el Málaga.
Ahí es donde todo el deportivismo espera también que llegue el portero de Coristanco. Con una lesión en el pulgar desde el 1 de septiembre, el meta lleva ya unas semanas haciendo trabajo de portería al margen del grupo y la intención es que en los próximos días comience a entrenarse con normalidad. Ninguno de sus competidores ha logrado rendir a buen nivel durante su ausencia y Rubén es ahora mismo la gran esperanza para la portería blanquiazul.
El tercero en esta lista es Adrián, que un año más no está teniendo suerte con las lesiones. Cuando estaba cerca de su mejor versión sufrió una microrrotura fibrilar que lo tuvo fuera de los terrenos de juego un mes. Regresó ante el Girona hace dos semanas y en ese mismo partido recibió un fuerte golpe en el hombro tras una mala caída. Se temió incluso que tuviera que pasar por el quirófano, pero finalmente no fue tan aparatoso y se quedó en un esguince. El asturiano ha estado con tratamiento médico y de fisioterapia desde entonces para reforzar la zona. En los próximos días empezará a realizar tareas con el grupo y su presencia en La Rosaleda dependerá de cómo reaccione a las exigencias de los entrenamientos con contacto.