El Deportivo rendirá visita este domingo al Real Oviedo inmerso en una grave crisis de juego y de resultados tras encadenar cinco jornadas sin ganar en Riazor que le han llevado a ver los puestos de ascenso directo a una más que peligrosa distancia de cinco puntos. Los hombres de Natxo González necesitan revertir esta dinámica cuanto antes y la primera ocasión para ello será en un Carlos Tartiere al que no acuden desde hace 18 años, pero cuyos últimos precedentes invitan al optimismo.
La última visita del Deportivo a la capital del Principado de Asturias data de mayo de 2001. Por aquel entonces los herculinos apuraban sus últimas opciones de revalidar el título liguero, mientras que los asturianos veían cada vez más cerca la posibilidad de un descenso que terminaría confirmándose semanas después, dando inicio a una década de penurias económicas y deportivas que pusieron a la entidad al borde de la desaparición. El equipo dirigido por Javier Irureta se impuso por 2-3 gracias a un hattrick de Diego Tristán en un partido en el que los blanquiazules terminaron con Donato situado bajo palos debido a la expulsión de Molina a falta de cinco minutos para la conclusión.
Hasta la fecha, ese es el único duelo oficial disputado por ambos equipos en el Nuevo Carlos Tartiere, aunque si echamos la vista atrás, los últimos choques celebrados en el anterior feudo de los carbayones también son de lo más positivo. Cuatro victorias y un empate así lo refrendan y, hasta en tres ocasiones, con tantos decisivos en los últimos minutos que desataron la alegría entre la siempre numerosa presencia de deportivistas en las gradas. En 1996 Fran cerró el triunfo herculino con un tanto en tiempo de prolongación. Una temporada después los tres puntos volvieron a viajar a tierras gallegas gracias a un gol de Donato también sobre la bocina, y al año siguiente sería Madar el que evitase la derrota con una diana en la última acción del encuentro.
Así pues, las seis últimas visitas del Deportivo al Carlos Tartiere se han saldado con 5 victorias y 1 empate. Para encontrar una derrota herculina en Oviedo hay que echar la vista atrás hasta 1994, cuando los carbayones se impusieron por 2-0, el primero de ellos obra de un viejo conocido de la afición blanquiazul como Cristóbal Parralo. Sin duda, unos precedentes estos que hacen del estadio ovetense un campo propicio para que los de Natxo den un paso al frente y se reenganchen de nuevo a la pelea por los puestos de ascenso directo. Y todo ello con el aliento de algo más de 3.000 deportivistas en las gradas.