Javier Irureta, entrenador del Deportivo entre 1998 y 2005, ha repasado su trayectoria en el portal The Coaches’ Voice. El técnico vasco echa la vista atrás y rememora algunos de los momentos más determinantes de su etapa blanquiazul. En especial, Irureta ha querido recordar las grandes noches europeas que vivió el Dépor con él en el banquillo, como el mítico 4-0 ante el Milán.
Antes de llegar al Deportivo, ‘Jabo’ había dirigido a conjuntos como el Oviedo o el Celta de Vigo. «Hasta entonces, en la mayoría de equipos, había conseguido elevar el rendimiento de los jugadores para alcanzar cotas mayores. Especialmente se me dio bien en los equipos del norte de España«, explica. En todos sus destinos, el míster reconoce haber sido feliz, aunque no duda en destacar dónde disfrutó más. «Tengo la fortuna de decir que he sido feliz en todos los clubes, pero la etapa más feliz de todas fue en el Deportivo de La Coruña. Fueron siete años, donde conseguí ganar títulos por primera vez como entrenador».
Cuando aterrizó en la ciudad herculina, Javier Irureta llevaba una ritmo de vida «donde apenas paraba para comer y dormir». Por ello, en A Coruña tomó la determinación instalarse en el hotel María Pita. «Cuando llegué al Deportivo alguien me recomendó ese hotel y decidí instalarme allí. La habitación 514, donde estuve viviendo siete años. Puede resultar extraño que alguien pueda vivir durante tanto tiempo en una habitación de un hotel, pero para mí era el mejor lugar. Más allá del ajetreo que podía haber los fines de semanas, con bodas o reuniones, me permitía estar concentrado las 24 horas en el equipo. Y además, en frente del estadio de Riazor y de la playa. Mejores vistas eran imposibles», comenta sobre esta decisión.
Además de ganar cuatro títulos («algo que solo hacen en España el Barcelona, Real Madrid o Atlético de Madrid»), el técnico ayudó a que el Deportivo venciese en algunos de los mejores campos de Europa. «Para mí lo más importante fueron esos cinco años que nos clasificamos para la Champions League«, señala. En esas cinco temporadas, el Dépor logró «victorias como las de París, el Manchester United en Old Trafford, contra el Arsenal en Highbury… O el Bayern de Múnich. Fuimos el único equipo español que ganó al Bayern en el Olímpico».
Entre las históricas gestas europeas del cuadro herculino, es inevitable prestar especial atención a la enorme remontada ante el Milán. Así lo hace Irureta en su extenso artículo. «Muchas veces me han preguntado qué les dije a los jugadores para poder remontar un 4-1 ante el Milan en contra después del partido de ida», comienza. «La verdad es que no hubo nada diferente a lo habitual. Les hablé de la misma manera que en todos los partidos, y solo añadí una cosa: les intenté hacer ver que, a pesar de perder 4-1 en Milán, no habíamos sido inferiores a ellos. Habíamos estado parejos en la primera mitad, incluso empezamos ganando con gol de Walter Pandiani», revela el míster.
El Dépor remontó y «lo que ocurrió en Riazor fue algo inolvidable». El equipo se metía en unas semifinales que no pudo superar ante el Oporto de Mourinho. «Fue una eliminatoria muy igualada, que para mí estuvo marcada por los percances que tuvimos en el partido de ida. No solo la expulsión de Jorge Andrade, lo más recordado. También fue clave la tarjeta amarilla que vio Mauro Silva en ese partido. Una situación que hizo que no pudiera jugar en Riazor por acumulación de tarjetas», recuerda Irureta sobre el encuentro disputado en Portugal.
En la vuelta «nos eliminaron por un gol de penalti. Un penalti que bueno, pudo ser o no pudo ser. El árbitro lo decidió así, y en ese gol llegó la eliminación. Puede que quedara esa sensación agridulce de haber hecho un gran papel, pero que no nos llegara para ganar el título. Sin embargo, no cambiará nada de lo que hicimos ese año en Europa«, sentencia.
Javier Irureta: «Siento mucho dolor al ver cómo está el Deportivo»
Tras rememorar el pasado glorioso que él mimos protagonizó en el Deportivo, Irureta mira con tristeza la actual situación del club. «Siento mucho dolor al ver cómo está el Deportivo en estos momentos, cómo se encuentra después de vivir una situación, digamos, oscura. Y me duele especialmente por los aficionados«, asegura.
Ya retirado, el vasco lleva una vida que «no cabe duda de que ha pasado a ser mucho más tranquila» que en sus años en activo. Ahora tiene más tiempo para estar con sus hijos y nietos. «Es una vida sencilla, pero no necesito mucho más. Porque siento que estoy en mi lugar», finaliza.