El Deportivo de La Coruña se quedó en San Sebastián de los Reyes sin marcar por quinta vez esta temporada. Un dato que podría no ser demasiado preocupante pero que empieza a coger trascendencia cuando se contextualiza: de esos cinco partidos, tres se han jugado en el último mes. La escasez de gol ha empeorado los resultados y, por ende, potenciado las dudas en torno al equipo. Y las miradas apuntan hacia los delanteros. Entre ellos está un Miku Fedor que ha pasado de ser la gran amenaza blanquiazul a no ver puerta en seis jornadas consecutivas. Algo que a él mismo le está pasando factura. Pero, ¿de verdad ha bajado el rendimiento de Miku?
Lo cierto es que ante el Sanse, el punta venezolano firmó, probablemente, su peor partido en lo que va de curso. Tras un inicio en el que sus buenos movimientos ayudaron al Dépor a encontrar fluidez ofensiva, el delantero se fue ‘cayendo’ en el encuentro hasta firmar unos registros demasiado pobres para un futbolista de su categoría. Y no fue por estar aislado del juego, ya que sus compañeros le buscaron, como demuestran sus 69 acciones, el número más alto del delantero en un partido este curso. De ellas tan solo en 23 tuvo éxito, lo que le hizo cerrar el partido con un porcentaje de acierto del 33%. Bajo, aunque no su mínimo durante la temporada.
Una de las claves para explicar este desacierto fue su escasa capacidad para ganar duelos. El Deportivo precisó que Miku le diese oxígeno, continuidad al juego o remate a través de imponerse en las disputas. Pero el sudamericano tan solo ganó 11 de los 41 duelos en los que se fajó. No es tampoco el atacante un futbolista con un alto porcentaje de disputas ganadas a lo largo de la temporada (32%), pero ese 27% se quedó muy corto ante las necesidades del equipo. Como corto se quedó también en cuanto a la efectividad en el regate, ya que de 4 intentos de dribbling no fue capaz de completar ninguno.
El Dépor requirió de Miku, pero el delantero estuvo desafortunado en muchas facetas
Principalmente estas dos cuestiones condujeron a que Miku acabase acumulando la friolera de 23 pérdidas de balón de las 114 totales que cometió el Dépor. Aunque suele ser habitual que los atacantes se muevan en torno a la decena de balones perdido por partido, ninguno había alcanzado siquiera la veintena.
A esta desafortunada actuación, Fedor unió el hecho de caer tres veces en fuera de juego. También de quedarse, por tercera vez este curso, sin chutar una sola vez. Tan solo ante el Zamora en casa y frente al Racing de Ferrol se había quedado este curso sin tirar una sola vez.
Algo más que un partido
Lo cierto es que el encuentro más pobre de Miku llegó en su momento más prolongado de ‘sequía’. Seis partidos acumula el delantero sin ver puerta, el doble que su peor dinámica sin gol hasta ahora (tres encuentros). Pero, ¿es una cuestión de bajón global o simplemente de falta de puntería? Pues probablemente, un poco de todo.
Y es que sesgando los datos de Wyscout, se puede comprobar cómo el punta ha bajado sus registros en muchas facetas. La principal es el remate: Miku promediaba en las 18 primeras jornadas 2 disparos por encuentro. Entre las fechas 19 y 25, ha bajado a 1,5. El dato no sería preocupante de no ser porque ese descenso también se ha notado en las finalizaciones entre palos. De 1,2 a 0,67. Es decir, el venezolano está definiendo peor. Tiene menos puntería.
Se podría alegar que la claridad de sus ocasiones está siendo menor. Y es que Miku ha pasado de tener oportunidades por valor de 0,45 goles esperados (xG) en cada partido a promediar 0,32. El descenso es real, pero se intuye que puede venir por ese menor número de remates. De hecho, desde el partido ante el Talavera, en el que marcó un gol y falló un penalti, el punta acumula ocasiones por valor de 1,93 xG. Es decir, a poco que hubiese acertado, debería llevar dos goles más. Pero esta mala racha que pasa le ha conducido a no celebrar ninguno.
De este modo, la ausencia de puntería es el principal factor que pesa sobre los hombros del internacional por Venezuela. Y es ese factor de acierto goleador el que puede haber provocado que esté más impreciso con balón, como demuestra su incremento de pérdidas (de 8,2 a 11,5) o su menor participación en general en el juego (de 52 acciones por partido, a 45).
Una producción colectiva similar
Podría pensarse que el Dépor no está produciendo tanto como para que Miku sea tan decisivo como en las 19 primeras fechas, cuando marcó 9 goles en 17 encuentros (0,53 por partido). Pero lo cierto es que desde el partido ante el Talavera en adelante, el equipo coruñés ha mantenido e incluso aumentado su producción ofensiva (muchas veces por encontrarse con un marcador adverso y, por tanto, tener que atacar más). El cuadro herculino ha generado entre las jornadas 19 y 25 -sin contar el partido en Zamora, donde Miku no estuvo- un promedio de goles esperados mayor que durante el resto de la temporada: 1,32 por 1,25. Y lo ha hecho porque ha chutado más (13,7 disparos por 9,7).
También acumula el conjunto de Borja Jiménez una cifra casi idéntica en cuanto a jugadas a balón parado por encuentro y más centros, así como acciones en el área. De hecho, Miku ha mantenido su presencia en esta superficie de penalti, ya que de 2,5 toques ha pasado a 2,3. Un descenso prácticamente imperceptible.
En lo que sí ha bajado el bloque coruñés es los goles marcados. De 1,53 ha pasado a 1 por partido. Un dato explicado, en gran parte, por el bajón goleador de Miku Fedor. El delantero ha ‘abierto la lata’ en cinco encuentros. Siempre que marca, el Dépor puntúa (siete triunfos y un empate). Y la mayoría de sus tantos han sido decisivos para desequilibrar la balanza hacia una victoria blanquiazules. Por eso el equipo echa tanto de menos su puntería.