A la hora de hacer balance y analizar el descenso del Deportivo, una de las razones más recurrentes es la de la falta de identidad. En verano, abandonaron el primer equipo los tres capitanes: Germán Lux, Álex Bergantiños y Laure. De los tres, solo el coruñés sigue perteneciendo al club en la actualidad. Pero independientemente de sus destinos, sus salidas supusieron un vacío en el vestuario, que quedó sin referentes. Y sin canteranos.
Por primera vez desde la temporada 2006/07, ningún jugador criado en Abegondo tuvo ficha con el primer equipo. Tras 12 temporadas en el club, Juan Domínguez se fue al Reus, motivado por su falta de protagonismo en A Coruña. Su salida provocó que se diera esa situación. Durante algún momento de la temporada, las necesidades del primer equipo hicieron que los entrenadores tuvieran que echar mano del Fabril. Pero fue en en ocasiones contadas. En octubre, con todos los problemas que había en la portería, Pepe Mel decidió darle la alternativa a Francis. El internacional nigeriano disputó los dos últimos partidos que el técnico madrileño estuvo en el banquillo del Deportivo. Luego, al llegar Cristóbal, volvió al filial. Con el preparador andaluz se produjeron dos nuevas apariciones: la de Edu Expósito y el debut de One.
Pese a esos momentos concretos, y excusado también en la amplitud de la primera plantilla, el Deportivo solo miró a Abegondo de reojo. Ahora, con el descenso a Segunda y la llegada del nuevo director deportivo, muchos aficionados se preguntan qué pasará con el nuevo proyecto. El propio Carmelo del Pozo explicó esta semana las primeras pinceladas de su idea.
En referencia a ello, opinó que «las plantillas ideales son cortas. A mí me gusta mucho la cantera. Hay jugadores que te suelen dar un plus. Hay que hablar con la gente del Fabril. Hay que darle papel para ver si en esa estructura puede funcionar o no”. Por eso, con la buena campaña del filial, que este domingo se juega el título de liga del grupo primero de Segunda B, y con el Juvenil A subcampeón en División de Honor, falta por saber qué pasará. Algo parece claro, la recuperación de la identidad debe ser una de las primeras piedras del nuevo proyecto.