Habían pasado más de dos meses desde la última victoria. Más de un año desde la última vez que Riazor veía un triunfo de su equipo por 3 goles o más de diferencia sobre el rival. Por eso, más de uno tuvo que lanzar un último vistazo al marcador y frotarse los ojos antes de salir del estadio tras el Dépor 5-1 Real Sociedad. Y es que, aunque esta hinchada nunca se rinde, necesitaba como el comer una alegría para no caer en el hartazgo y el hastío más absolutos, en una temporada en la que nada parecía salir bien.
Los comentarios de los protagonistas fueron en esa misma línea en las reflexiones posteriores al partido. «Ha sido el premio al trabajo que veníamos haciendo», apuntó Gaizka Garitano. «Es para disfrutarlo porque nos lo hemos merecido», añadió el bigoleador Florin Andone. Una gran sonrisa de alegría y alivio, de ilusión reanimada y calma tras varias tempestades. Eso era lo que futbolistas, técnico y aficionados en Coruña tenían en común al regresar a casa tras una noche de lunes en la que prácticamente todo fue como la seda.
Esta vez el Deportivo brilló y venció; por eso no hace falta nada, ni siquiera relativizar nuestro propio infortunio, para sonreír en la resaca. Tal como muestra Pepe Mansilla con su Viñeta Turka, hoy ser deportivista es llevar una sonrisa grapada en el rostro.