El futbolista del Barrio de Las Flores se mostró encantado después de debutar con la camiseta blanquiazul ante su afición en el Teresa Herrera.
Como un niño con zapatos nuevos. Así se mostró el coruñés Lucas Pérez después de debutar con el Deportivo en el Teresa Herrera. Nunca ha pasado por las filas del conjunto blanquiazul, pero se considera deportivista y asegura que esto que le sucede es «el sueño de un niño pequeño». «Siempre he perseguido este sueño y he podido cumplirlo. Estoy muy contento por el cariño que me mostró la afición».
El atacante reconoció haber superado las molestias que arrastra en la rodilla y que notó buenas sensaciones en el partido frente al Sporting de Gijón. Se le vieron un par de arrancadas interesantes, aunque también algo de miedo a la hora de chutar a puerta. «Me encontré muy bien. Lo más importante es ir paso a paso y que la rodilla no se resienta. A día de hoy no siento dolor ni molestia, pero el físico hay que ganarlo. Se notó mucho», explicó el futbolista que hereda un número (el 7) que en años no muy lejanos portaron grandes goleadores como Makaay o Pandiani.
Lucas admitió estar muy satisfecho por la consecución de la LXIX edición del Trofeo Teresa Herrera, un torneo que «es muy especial» para él. «Siempre lo había visto desde la grada y ahora lo he ganado». Otro partido que seguro que será especial para él es el que se disputará mañana miércoles en Pasarón ante el Celta de Vigo. Sin embargo, el que quiere ganar es el de Liga en septiembre. «Siempre gusta ganar al Celta, pero prefiero hacerlo en la quinta jornada de la Liga. Aún así, vamos a salir a ganar», manifestó. No obstante, Lucas recordó el carácter benéfico del derbi.