Stipe Pletikosa ha explicado en una rueda de prensa los motivos de su despedida. El guardameta croata debutó en Riazor en el que ha sido su último partido en activo y explicó que hay dos motivos para dejar el fútbol, una razón deportiva por la que esperaba jugar más y después, su familia.
«La razón deportiva es que esperaba jugar mucho más, la razón principal era mi familia, lo más importante en mi vida para mí. Era muy raro para los periodistas croatas ver que jugaba antes un tercer portero que yo, así que ellos me preguntaron por las razones y los periodistas de Croacia también leen la prensa española. Les decía en fútbol todo puede pasar, y mi objetivo era estar listo para jugar», inició en su comparecencia.
De hecho, agregó que no se le pasó por la cabeza el negociar una ampliación de contrato. «Hablé de eso con Richard y le agradezco que me fichase, pero no era una opción continuar».
Y es que para Pletikosa, fue una sorpresa en no jugar. «Lo dije cuando llegué aquí, mi objetivo al llegar aquí era conseguir la meta (de la permanencia) era lo más importante. Pensé que necesitaba dos o tres semanas para ponerme en forma y fue lo que ocurrió. Pero fue una decisión del entrenador, la acepté porque esperaba tener mi oportunidad y dar lo mejor. Quiero dar las gracias a Manu Sotelo, creo que el sábado di mi mejor versión».
El croata tuvo su oportunidad ante el Athletic de Bilbao, pero tras la lesión de Lux el elegido sería Manu. «Obviamente, no fueron buenos momentos después del partido ante el Athletic, sobre todo cuando Lux se lesionó y no vi que mi nombre estaba entre los titulares en las convocatorias. Hablé con el entrenador, no quiero comentar lo que hablamos porque son cosas que se deben de quedar en el vestuario. Lo más importante que aprendí en mi carrera es que nunca te puedes rendir, aunque sea muy duro, trabaja mucho y tendrás una oportunidad».
Se marcha Stipe con buen sabor de boca, después de la ovación que le regaló Riazor el sábado. «Lo más positivo fue haber podido jugar el sábado. Las emociones que experimenté en ese partido porque sentí en mi corazón en mi alma que era alguien grande para los aficionados aunque no participara mucho. Fue un gran día para mí, porque a veces no en todas las carreras futbolísticas hay momentos que vayas a recordar hasta que te mueras. No me imaginaba ni hace 20 años ni diez días mejor lo que pasó en este partido. Comencé a llorar, sé que no es muy masculino, pero cuando la gente empezó a corear “Pleti quédate”…«.
Y no podía faltar la pregunta sobre el ambiente del vestuario. «Mentiría si dijese que fue sencillo, pero no lo fue. Lo que no me gusta es que hay temas que deben de quedar dentro de la familia, y se tienen que resolver desde dentro. Es la única manera en la que un equipo puede crecer. Mi opinión es que dentro del equipo, los jugadores y el cuerpo técnico tienen mucha responsabilidad y deben solucionar desde dentro los problemas, no desde fuera».
De hecho, no es la primera vez que vive una situación así de forma interna. «Esto pasa en muchos equipos. No puedes tener siempre una situación perfecta dentro del vestuario. Pero esto es una buena lección para que no vuelvan a suceder cosas así».
En cuanto a la continuidad de Víctor, añadió que «la decisión no está en mis manos. Creo que tendría que haber liderado el equipo con más autoridad, con más fuerza. Esto es una de las partes del fútbol moderno, si algún día soy entrenador, creo que es una de las cosas más importantes. Si pierdes la autoridad en el grupo, estás muerto. Es una decisión del club».
Destacó la relación que tuvo con Tino Fernández, Vidal y con Richard. «En todo momento sentí que estaban apoyándome, tanto en las buenas situaciones como en las malas, siempre han estado ahí».
Y para finalizar, quiso agradecir a «todo el mundo, entrenadores, jugadores, personal del club, agentes, aficionados, periodistas… siempre llevaré al Deportivo en mi corazón. ¡Forza Dépor!«.