Últimamente, cuando veía alguno de los partidos del Deportivo con el objetivo de hacer, posteriormente, un análisis para este medio, solía tomar alguna nota relacionada con lo que sucedía en el partido muy de vez en cuando: al inicio, sobre los sistemas; durante el partido, en algunas jugadas determinantes o aspectos destacables a comentar, etc. En cambio, este domingo, me sentí como un taquígrafo de tribunal apuntando de forma perpetuada debido a lo mucho y variado que sucedió en el partido.
Fase ofensiva del Deportivo – Cultural Leonesa
Personalmente, considero que fue uno de los mejores partidos (o por lo menos hasta el gol de La Cultural), sino el mejor, del Deportivo a nivel ofensivo. Sus recientes enfrentamientos ligueros se saldaron con victorias pero, en mi opinión, no se acercaron ni de lejos a la calidad y cantidad de producción ofensiva de este domingo ¿que en los otros ganó y en este no? Cierto, ¿que esto va de ganar? También. Hay que destacar que cuando ha ganado el equipo últimamente la gente se llevaba las manos a la cabeza porque no se jugaba “bien”, ahora lo hace porque no ganó y sí lo hizo. Así es esto del fútbol; a veces, a la gente no le vale el proceso y otras, no le vale el resultado e incluso otras, ninguno de los dos. Desde un punto de vista objetivo (número de ocasiones) o subjetivo (percepción de dominio y que se jugaba a lo que el equipo quería) el Depor barrió del campo a la Cultural; ¡ojo!, estoy hablando siempre hasta el fatídico minuto 55. A partir, de ese minuto volvieron viejos (bueno, no tan viejos) fantasmas.
Vamos al lío. Empecemos con lo relativo al primer micropartido (hasta el gol de ellos):
Óscar Cano dispuso a su equipo bajo una estructura de 1-4-3-3 en fase ofensiva, con un once inicial “esperable” y que parece empezar a ser estable, salvo las exigencias del guion. Los centrales fueron Lapeña y Jaime que estuvieron bastante correctos con balón y mucho más precisos que en otras ocasiones. En numerosas ocasiones, utilizaron, al igual que los jugadores centrales del medio del campo (sobre todo, Isi Gómez), muy bien los cambios de orientación, especialmente bien los de tipo largo y cambiando al sector totalmente contrario (siempre precedidos de otros cambios de orientación sucesivos en sectores próximos); es decir, atraer para liberar al lado opuesto/débil.
Los laterales fueron para Raúl y Antoñito y estuvieron realmente bien; insisto, estamos hablando hasta el gol rival. Interpretaron cuándo estar/jugar en el sitio y cuándo llegar a él. Raúl, estuvo mucho más preciso en los centros que otros días y puso varios de verdadera calidad y, aun encima, donde “duelen”; entre defensa y portero y alejándose, por la trayectoria, de éste.
Por su parte, Antoñito llegó infinidad de veces a línea de fondo y tuvo una mejor toma de decisiones y ejecución técnica que en otras ocasiones; dio una asistencia de gol a Mario Soriano que acabó con remate de este, en segunda instancia, al poste; se asoció en zonas próximas al área muy bien y fue capaz de colocar varios centros envenenados al área. En relación a esto, hay que comentar que el Depor deja la parte más exterior del campo casi que de forma exclusiva para los laterales. Para que estos estén dónde tienen que estar y cuando tienen que estar se tienen que dar una serie de procesos previos, que Óscar intenta que preliminarmente preparen sus jugadores de dentro y/o los que aparecen por dentro.
Este domingo, los que jugaron por/hacia dentro estuvieron sublimes. Olabe, Rubén e Isi ocupaban de manera muy bien coordinada la base, el descenso a la altura con los centrales y sectores intermedios siendo realmente incontrolables para el sistema defensivo de la cultural con sólo 2 mediocentros. Los 3 medios deportivistas se asociaban con rapidez y precisión entre ellos y con un Quiles y Soriano, que además se movían con total libertad. De este modo, el Depor conseguía desarbolar al equipo visitante y generar ocasiones de gol algunas veces por dentro con conducciones y desmarques de fuera a dentro de Mario o Quiles y otras veces juntaba pases (y al propio equipo deportivista de paso, solucionando las posibles contras rivales) cortos y medios para después dar un cambio de orientación largo diagonal para la incorporación de uno de los laterales.
Estos procesos previos de juntar a ciertos componentes del equipo a base de pases y hacer que el equipo rival se junte, a su vez, hacia zonas de balón y “cierre” hacia éstas, terminaba por conceder tiempo tanto a Antoñito como a Raúl para que ganasen profundidad y aprovechasen el espacio generado al focalizar los rivales la atención (y su posición en el campo) en las zonas más próximas al balón. La precisión técnica que tuvieron los que juegan por dentro en este partido fue muy alta y estuvo al mismo nivel que la coordinación y la calidad de la movilidad que tuvieron; de los 3 medios siempre había uno haciendo salida de 3 con los 2 centrales, otro ocupaba la base y el último se ubicaba en función de estos 2 y el contexto.
Por su parte, Quiles y Soriano se encontraban como pez en el agua, partiendo desde fuera y unas veces buscando las espalda de los medio centro actuando como intermedios; otras veces, descendían para generar la superioridad por delante, iban dentro y volvían fuera… fueron indescifrables para la Cultural durante mucho tiempo. Arriba Svensson desentonó en esta ocasión, hace algunas cosas muy buenas como los constantes desmarques para habilitarse o habilitar espacios para compañeros, tiene una gran cobertura técnica y juega muy bien de espaldas pero en la toma de decisiones estuvo francamente mal este domingo. Hubo en varias ocasiones en las que decidió hacer la guerra por su cuenta eligiendo la opción individual cuando tenía un pase claro; otras, no era capaz de levantar y percibir otras opciones como en una ocasión que tenía solo a Mario, malogró 2 claras ocasiones de gol…no fue su día.
En general, la parte relacionada con la tenencia de la pelota funcionó a la perfección; el equipo utilizó varios mecanismos ofensivos muy bien, fue preciso, movió al equipo rival, tuvo un ritmo muy alto de juego y tanto por dentro como por fuera encontró vías de acceso a la portería rival. Tan sólo la falta de puntería y un magistral Salvi evitaron que el equipo deportivista marcase varios goles este domingo.
Es de destacar el gran ritmo ofensivo que tuvo el equipo deportivista, la Cultural, por momentos, perseguía sombras debido a la alta velocidad de juego que imprimía la sala de máquinas deportivista. Cuando parecía que la Cultural podía llegar a arrinconar y a asfixiar al equipo deportivista en algún sector del campo siempre aparecía un cambio de orientación largo al sector alejado (principalmente hacia los laterales ya en posiciones avanzadas) preciso que desarbolaba la presión rival y encontraba nuevas vías de ataque deportivista; los cambios de orientación largos fueron una constante del equipo deportivista (especialmente bien estuvieron los 3 de dentro en esto) y causaron estragos en la defensa rival.
Además, el equipo estuvo concentradísimo y cuando perdía el balón las vigilancias ofensivas eran buenas y cercanas y conseguían que rápidamente se recuperase el balón si querían jugar con sus hombres más adelantados; en cambio, si la Cultural iniciaba la contra con los más cercanos, las famosas y tan demandadas “faltas tácticas” le cortaban cualquier oportunidad de progresión.
Al inicio de la segunda parte, el omnipresente Mario Soriano condujo, otra vez más, de fuera a dentro y Quiles hizo la movilidad de igual forma; el primero, con un pase preciso, encontró al segundo para establecer un más que merecido 1-0. A partir de aquí, al Depor le pasó como a algunos tenistas que cuando tienen todo a favor para ganar, les vienen las dudas, el nerviosismo y no son capaces de “cerrar el partido”. En el minuto 50, un centro es muy mal despejado a nivel técnico y decisional (nunca un despeje al centro, de manual) con tan mala suerte que pasa entre Olabe e Isi en la frontal y le cae a Roberto Alarcón; éste, tras un buen control, pone el balón lejos del alcance de Edu Sousa. Excesivo castigo para un Deportivo que llevaba mostrado hasta entonces un nivel muy alto de juego y de ocasiones. El palo fue muy grande y el equipo lo notó, la Cultural se empezó a soltar y el partido se abrió más, habiendo ocasiones en ambos bandos pero, poco a poco, el Depor empezó a encontrarse otra vez mejor con balón sin llegar a estar al mismo nivel que antes.
El Depor empezaba a tener el balón de una forma más apresurada y deslavazada y generaba ocasiones claras como la de Quiles o la de Svensson (increíble que esta ocasión y las opciones siguientes dentro de la misma jugada no acabasen en gol) pero el rival también las generaba y se percibía, se “olía», que la Cultural, con mucho menos que el Depor, podría sacar rédito de sus acercamientos como así fue.
A partir de ahí, vinieron los cambios y el Depor empujó y empujó, con más corazón que cabeza (no es algo malo esto per se) y el bueno de Yeremay, en el primer balón que tocó, puso el definitivo 2-2 en el marcador.
Fase defensiva del Deportivo – Cultural
Para este partido, Óscar adelantó a Rubén a la altura de Svensson, modificando el sistema en esta fase a un 1-4-4-2, con el objetivo de tapar las líneas de pase a su mediocentro más atrasado, normalmente el pontevedrés Kevin Presa, y de orientar el ataque rival hacia sectores exteriores. El plan funcionó en la primera mitad; en la segunda, la cosa fue otro cantar.
Es extraño lo del Depor en esta fase, en la defensiva. Hasta los minutos preliminares al gol la Cultural no había ni disparado a la portería deportivista; a partir de ahí, se abrió la veda. Es algo intangible pero parece como que al equipo le entra el miedo, la desconfianza, las dudas… Se percibe, da la sensación de que con nada el equipo rival va a ser capaz de generarle peligro o hacer un gol. Es evidente que el gol encajado, después del gran nivel del juego y de ocasiones del equipo, fue un palo enorme pero antes de él ya se podía olisquear que algo estaba empezando a cambiar. No sé, quizás es una percepción subjetiva mía pero es algo que ya me ha pasado más veces viendo partidos del Deportivo, percibo fragilidad defensiva (en los mismos jugadores que en la primera parte le pasaron por encima a la Cultural y no le dejaron ni disparar a puerta) y que el rival no necesita hacer grandes cosas para generar peligro.
En líneas generales, el equipo parece solvente o muy solvente defensivamente pero siempre da la sensación de que hay fases del partido o momentos puntuales en los que alguien “la va a liar” o va a pasar algo. Claro, después, a remar…
Transición ofensiva
El primer gol deportivista surge de un robo en 3/4 y, a partir de ahí, mucha verticalidad, precisión, progresión ofensiva (suma de jugadores) y rapidez en las acciones. El Deportivo, con el talento y velocidad que tiene arriba, es letal en las transiciones. Es decir, si el Deportivo tiene espacio la calidad aflora; al final este deporte va de espacio y tiempo y si el Depor dispone de estos 2 elementos es muy peligroso.
Además, en la primera parte, hubo varias transiciones en las que el equipo pudo hacer verdadero peligro pero la mala toma de decisiones de Svensson en unas y la falta de coordinación y precisión en otras hizo que no acabasen en gol.
Esta fase está enlazada con la defensiva y, a partir del gol rival, bajó muchos enteros…
Transición defensiva
Hasta los momentos previos al gol de la Cultural, la transición defensiva deportivista era cuestión de segundos; el Deportivo perdía la posesión de la pelota y rápidamente la volvía a recuperar o, en su defecto, había una falta que cortaba cualquier opción de progresión del equipo rival. En esta fase, el equipo estuvo realmente bien ya que, en primer lugar, las vigilancias ofensivas, a su vez, fueron muy buenas y no permitieron enlazar pases a la Cultural y, por otra parte, en la fase ofensiva gestionó el balón con mucho criterio, dando tiempo a juntar el equipo en sus ataques y rara vez perdió el balón en situaciones en las que el equipo estuviese “malparado”, como se suele decir.
Cuando el equipo entró en esa fase de dudas, pasó todo lo contrario, el rival, en una contra que se inicia con un 4vs2 y termina siendo de un 5vs2 a favor deportivista, concluye, incomprensiblemente con el 1-2 en el marcador. Después de que el equipo se comportase, hasta estos momentos de dudas, de forma impecable en las transiciones defensivas en el 1-2 se sucedieron errores difíciles de explicar de forma lógica: no se cortó la primera evolución de la contra, no se temporizó con un buen perfil dos veces seguidas, las ayudas fueron demasiado lejanas y sin priorizar portería… Son este tipo de cosas, que comentábamos anteriormente en la fase defensiva, las que condenan a nivel de resultados y, a su vez, de sensaciones/confianza al Deportivo.
A DESTACAR:
- Los de dentro:
Soriano y Quiles estuvieron soberbios. El primero dio dos pases de gol a Svennson, tuvo un remate al palo, participó ofensivamente de forma continua… Por su parte, Quiles, tuvo una ocasión clarísima de gol en cada parte, se asoció con todos sus compañeros de ataque, cambió el ritmo del proceso ofensivo en ¾ de campo, ganó muchos duelos de 1×1…
- Svensson: no consiguió materializar 2 mano a mano clarísimos, estuvo excesivamente individualista, se obcecó en conducir él solo contra el mundo, decidió mal, no vio a Soriano en una acción clarísima para dársela…
- Los laterales: la mejor primera parte de la temporada de ambos. Después del gol todo cambió mucho y estuvieron más desacertados, el cansancio y el peor funcionamiento del equipo también les influyó.
- Yeremay: primer balón que tocó, como dice Pacheta: “Pal cajón”. Tiene algo distinto, cuando sale siempre pasan cosas, provoca situaciones peligrosas que provienen de su imprevisibilidad, desparpajo para encarar y calidad en el 1vs1. Sus rivales por el puesto (Quiles o Soriano) rozaron el sobresaliente peor, aun así, creo que es bueno que vaya jugando más cada vez.
- Variantes tácticas: a nivel táctico el partido fue interesantísimo y vimos como ambos entrenadores se marcaron una partida de ajedrez interesantísima y de gran riqueza táctica. Modificaciones continuas en sistemas y en funciones de determinados jugadores/posiciones dieron lugar a muchos “micropartidos” muy interesantes.
Artículo de Manuel Losada, ‘Chollas’.