Causalidad y casualidad. Esta disparidad de conceptos tan parecidos fonética y gramaticalmente son un fiel reflejo de la situación actual que vive el Real Club Deportivo de La Coruña. Esta diferenciación de palabras sirve para distinguir lo que ha pasado en el conjunto blanquiazul desde la llegada de Víctor Sánchez del Amo al banquillo.
No es casualidad que el Deportivo esté en 6.ª posición de la tabla y que solo haya perdido un encuentro (que además no mereció perder). No es casualidad que los jugadores hayan tardado tan poco tiempo en adaptarse al equipo, a la competición y al club. No es casualidad que el Dépor sea sólido y apenas permita a sus rivales probar a su portero. No es casualidad que el equipo tenga fútbol, sepa lo que hacer en cada momento y tenga frescura y determinación en los últimos metros.
Desde que el madrileño pisó tierras gallegas todo se ha hecho con cierta lógica y sentido común. Luego pueden salir mejor o peor las cosas, porque al final es fútbol y depende de si la pelotita entra o no, pero hacerlo de esta forma eleva la probabilidad de éxito. Y por ahora el viento está a favor, el deportivismo está enchufado al equipo y todo parece salir bien. No es una casualidad, sino que es una causalidad. Una relación entre causa y efecto.
Causalidad: Relación entre causa y efecto.
Casualidad: Causa o fuerza a la que supuestamente se deben los hechos y circunstancias imprevistas. Suceso casual.
LA PROEZA: SALVAR AL EQUIPO CON LOS SUYOS
Aunque el Deportivo partía fuera de los puestos de descenso cuando se marchó Víctor Fernández, el reto era salvar a un equipo con la mentalidad por los suelos y un futuro negro. Quedaban ocho partidos y un calendario de altura: seis de los rivales eran de la zona alta. Anoeta, La Rosaleda y San Mamés se salvaron con empate, igual que al Villarreal en casa. Las derrotas fueron ante el Atlético de Madrid en Riazor por la mínima (1-2) y la calamitosa imagen en el Martínez Valero ante el Elche (4-0). Las balas que quedaban eran Levante y Barcelona. El primero en casa fue fácil y el partido del Camp Nou no hay deportivista que lo haya olvidado.
Una de las claves de la salvación fue tirar de aquellos futbolistas más enraizados e identificados con el club. Hombres como Laure, Manuel Pablo, Lopo, Luisinho, Bergantiños, Fabricio y Lucas se convirtieron en capitales en el tramo final de Liga. Sabía que esos, en esfuerzo y compromiso, no le iban a fallar.
FICHAJES ACERTADOS
Obviamente es más fácil hablar a posteriori, pero fuimos muchos los que consideramos que las incorporaciones de este año se habían hecho con mucha sensatez. Sobre todo con más cabeza que los últimos mercados. Varios futbolistas tenían pasado blanquiazul, otros con pasado en la Liga y dos regresos de hijos pródigos, Pedro Mosquera y Lucas Pérez: dos jugadores además con un alto nivel de calidad. El único que no conocía el campeonato español era Jonathan Rodríguez, que fue el penúltimo fichaje. Manu para la portería, Sidnei, Navarro y Arribas para aportar galones y veteranía a la defensa; Juanfran para cualquier lugar; Fajr y Mosquera dominando el centro; y Jonás, Luis Alberto, Fede Cartabia, Oriol y Lucas para hacer daño arriba. Con muy poco, un equipo verdaderamente apañado.
UNA IDEA: DEFENDER PARA ATACAR
En los primeros partidos serios de la pretemporada hablábamos de pólvora mojada, de que al Dépor le faltaba todavía rodaje en los últimos metros, pero que al menos la portería la tenía bien sellada. El 3-0 ante el Silva, el 3-1 ante el Racing de Ferrol y el 3-0 ante el Racing Villalbés fueron pruebas menores, pero luego llegaron la derrota por 0-1 frente al Lugo en Ribadeo, sendos empates sin goles ante Huddersfield y Swansea, derrota por 1-2 contra el Oviedo y la victoria por 1-0 ante el Sporting de Braga en el Teresa Herrera. Dos goles en cinco partidos y tres recibidos. Parecía que no había gol, pero que al menos había un bloque sólido. Primero defender para con confianza poder atacar. Una vez que los atacantes se sienten seguros de que atrás son un bloque sólido tienen mayor confianza para desplegar talento arriba. Además, al sentirse respaldados son capaces de llegar con más hombres a posiciones de remate. Tras robo, salen como flechas tres o cuatro jugadores propiciando muy buenos contragolpes, lo que indica también un buen entrenamiento físico. No se veía eso en A Coruña desde hacía mucho tiempo.
EL MEJOR, EN LA COLUMNA VERTEBRAL
Se hablaba en A Coruña la pasada campaña de cuál era la posición idónea de Lucas Pérez. Había probado en ambas bandas y también como segundo delantero, nunca como referencia. De los ocho partidos que dirigió Víctor Sánchez en la 2014/2015, en siete de ellos partió Oriol Riera como delantero centro. Solo en uno, en el decisivo del Camp Nou, decidió que fuese Lucas Pérez el hombre más adelantado del Deportivo. Desde entonces, no ha alejado a Lucas del frente del ataque más que en ocasiones esporádicas. Su pieza más resolutiva, su jugador más determinante, que sin duda es Lucas Pérez, tiene que estar en contacto directo con el balón el mayor tiempo posible y eso lo consigue centrando su posición.
TODOS SON IMPORTANTES
Tan solo Haris Medunjanin y Saúl García, los recién llegados Jonás Gutiérrez y Manu y los lesionados Manuel Pablo y Fabricio no han contado con ningún minuto en este inicio de temporada. Aunque cuenta con un puñado de futbolistas importantes en la columna vertebral de su equipo (uno por línea: Sidnei, Mosquera y Lucas), tiene a toda su plantilla enchufada para cuando la situación lo requiera. De esta forma, actores secundarios como Oriol Riera, Fede Cartabia, Luisinho o Jonathan suman y no restan como los últimos años. 18 futbolistas ya han sido titulares en seis jornadas.