Tras sus tres recientes descensos de categoría, el Deportivo siempre se posicionó pronto como uno de los principales candidatos al ascenso. Por historia, masa social y presupuesto, así debe serlo de manera innegociable. Sin embargo, en los últimos tiempos parece que todos los rivales están buscando destacar estas virtudes del conjunto herculino para debilitarlo desde el halago.
Hoy jueves, el entrenador del Sporting Jóse Alberto aseguró que el Dépor «tiene un plantillón», destacando lo que él considera «un centro del campo muy equilibrado, con velocidad arriba, además de con muy buen balón parado». El míster rojiblanco siguió un guion muy similar al de su jugador Nacho Méndez, que ayer mismo afirmó que el equipo coruñés «tiene muy buena plantilla y será de los que estén arriba al final».
La temporada pasada, fueron varios los técnicos rivales que emplearon esta técnica, afirmando que el Deportivo tenía la «mejor plantilla» de la Segunda División. Sobre todo en la segunda vuelta, este discurso se repitió en numerosas ocasiones, con declaraciones casi calcadas como las realizadas por Pacheta (entrenador del Elche) o Arrasate (míster de Osasuna) con poco más de un mes de diferencia. Casualidad o no, fue cuando el Dépor comenzó a empeorar sus resultados, llegando incluso a ver peligrar su presencia en el playoff. Precisamente ante Elche y Osasuna, los blanquiazules saldaron sendas visitas con un empate sin goles en el Martínez Valero y una derrota frente a los rojillos.
Nuevo curso, mismo discurso
Con el comienzo de la nueva temporada, parece que nada ha cambiado en las salas de prensa de los rivales del Dépor. Ya en la tercera jornada, Paco Jémez señaló que los de Anquela tenían «otra vez uno de los mejores equipos de la categoría». Como en Pamplona, el Deportivo se fue de vacío de Vallecas. También lo hizo siete días antes en el campo del Huesca o la pasada jornada cayendo en casa frente al Albacete.
De hecho, el paupérrimo inicio de campaña del Deportivo, que ocupa puestos de descenso, hacía aún más llamativas todas estas declaraciones, que con la clasificación en la mano parecen no tener nada que ver con la realidad. La temporada pasada, con el equipo siempre en la parte alta de la tabla y con el tercer mayor presupuesto de la categoría, los halagos desde los rivales podrían ser más que un simple juego psicológico. Ahora, la nefasta racha de tres derrotas consecutivas hace entrever que frases como las llegadas desde Gijón buscan sobre todo trasladar la presión al lado blanquiazul.