La balanza, anteriormente inclinada hacia el lado balear durante la época boyante de ambos clubes, ha cambiado su tendencia y el Deportivo solo ha perdido dos de los últimos 11 encuentros contra los bermellones.
Deportivo y Mallorca se medirán en la próxima jornada liguera en unas circunstancias que hace unos años eran verdaderamente impensables. Lejos queda ya la época boyante de ambos clubes en la que eran asiduos de las competiciones europeas. Resulta obvio que el actual Deportivo ya no es el de Mauro Silva, Roy Makaay, Djalminha y compañía, pero el Mallorca ni mucho menos es tampoco el de Samuel Eto’o, Ibagaza o incluso el de Juan Arango. Aquella generación de futbolistas, muchos de los cuales terminaron intercambiando colores como Enrique Romero, Diego Tristán, Walter Pandiani o el propio Juan Carlos Valerón, peleaban cada campaña de tú a tú, pero la balanza solía decantarse normalmente hacia el lado bermellón.
Desde que el conjunto balear recuperase el puesto en la máxima categoría durante la temporada 1997-98, los coruñeses solamente fueron capaces de vencerles en cuatro de los primeros 19 partidos ligueros. El runrún del los resultados adversos fue cuajando paulatinamente en la mente de una hinchada blanquiazul que fruncía el ceño cada vez que los suyos debían recibir o, peor aún, visitar a la escuadra mallorquina.
La diferencia en la tabla era intrascendente y se diluía en cuanto el árbitro hacía sonar su silbato. No importaba la diferencia presupuestaria ni si el duelo pertenecía al campeonato doméstico o a la Copa del Rey, puesto que en el curso 2002-03 también fueron ellos los encargados de apear al combinado gallego del torneo del K.O.. Sin embargo, fue precisamente en dicha competición en la que el Dépor cambió radicalmente la dinámica al vengarse en enero de 2007 del equipo que por aquel entonces entrenaba, al igual que ahora, Gregorio Manzano.
Remando con la corriente a favor
Desde ahí, los herculinos se deshicieron de una pesada losa del pasado, pisaron el acelerador y, de las últimas diez veces que se han enfrentado en la Liga BBVA, solamente hincaron la rodilla en dos de ellas, con cuatro empates y otros tantos triunfos. Y es más, incluyendo el de la primera vuelta y con un paréntesis de un doble empate copero entre medias, de los últimos cuatro choques ligueros, los coruñeses derrotaron al Mallorca en tres de ellos e igualaron el restante.
El punto de inflexión estadístico puede convertirse en un plus motivacional al que aferrarse para los pupilos de Fernando Vázquez cuando asalten el Iberostar Estadio en busca de los tres puntos que, si bien no garantizarían la salvación, a buen seguro que la acercarían y, de paso, dejarían sentenciada de muerte aquella etapa en la que el Mallorca se enfundaba frente al Deportivo el traje de bestia negra.