Con 71 internacionalidades y un total de nueve equipos en su currículum, Hélder Postiga afronta en A Coruña su tercera andadura en la Liga BBVA, el último destino de una trayectoria que ha llevado al portugués a países como Inglaterra, Francia, Italia o Grecia.
Llegó el último día de mercado, tras un mes de agosto goloso en rumores para el deportivismo, que vigiló con atención los movimientos de la secretaría técnica hasta el último minuto del período veraniego de fichajes. En la memoria, las llegadas frustradas de Bojan Krkić y Konstantinos Mitroglou, protagonistas diarios de un verdadero partido de ida y vuelta donde el Deportivo perdió fuelle paulatinamente, el mismo mal que azota actualmente al conjunto herculino. Quizá por eso, por la insistencia del club en buscar gol a toda costa en una lista de altos vuelos, sorprendió la llegada final de Hélder Postiga.
A sus 32 años, el delantero luso encara su novena aventura en un equipo diferente –la tercera en la Liga española-, un carácter aventurero vinculado, en cierta manera, a sus orígenes. Nacido en As Caxinas, una conocida parroquia de la localidad portuguesa de Vila do Conde, Postiga encontró en el balón una forma de sortear la tradición laboral familiar, extensible también a la mayoría de vecinos del barrio, dedicados a la pesca. En As Caxinas, el balón complementa a las redes, pero no todos tuvieron la misma suerte a la hora de decidir hacia qué lado orientar su futuro. En el distrito aún se recuerda con tristeza la tragedia del buque “Mar Nosso”, hundido el pasado mes de abril en las costas asturianas y donde tres marineros de As Caxinas perdieron la vida.
Acostumbrado a ayudar a su padre tras entrenar, el hijo de Manuel y Alice pudo evitar esa vía a una edad muy temprana, tras ser reclutado por el Varzim con apenas diez años. Otro vecino de As Caxinas, el madridista Fábio Coentrão, fue captado con trece por el Río Ave -el equipo local-, un punto de inflexión trascendental que precedió a una adolescencia marcada por la emigración de sus padres a Francia en busca de trabajo. Pese a que nunca llegaron a enfrentarse en el tradicional derbi de la zona –Río Ave y Varzim son equipos rivales-, Coentrão y Postiga sí pudieron hacerlo en tres ocasiones entre los años 2009 y 2011, ya con el lateral defendiendo la camiseta del Benfica y el actual futbolista blanquiazul haciendo lo propio con la del Sporting de Lisboa.
Ambos pusieron fin a su etapa en Portugal aquella temporada. A Fábio le aguardaba el Real Madrid de José Mourinho, que desembolsó 30 millones de euros por su traspaso. Hélder, por su parte, puso rumbo hacia un destino más modesto: el Zaragoza. Era su primera experiencia en la Liga BBVA, pero no la única lejos de su casa. De hecho, el ‘9’ deportivista es un auténtico trotamundos que ha hecho de los aviones su hogar. Además de España y Portugal, Inglaterra, Francia, Grecia e Italia fueron los otros países que han acogido a un punta solidario en el esfuerzo, pero que siempre ha cargado con la etiqueta de garantizar una cifra baja de goles. Fue en La Romareda donde encontró el camino a la portería, siendo clave en su primera temporada –ocho tantos del total de 36 con el que finalizó el Zaragoza el curso 11/12- e indispensable en la segunda, con 14 tantos que, aun así, no pudieron evitar el descenso de los maños.
Del desempeño de Hélder tomó nota pronto su hermano José, que ahora se abre paso con 19 años en el juvenil del Sporting de Lisboa tras dejar su huella como goleador en las categorías inferiores del Varzim, donde el ahora ariete blanquiazul llamó la atención del Porto. Pese a la diferencia de edad entre ambos, la carrera de los Postiga encuentra un vínculo especial en la figura de António Cacheira, entrenador en las escalas formativas del conjunto de Póvoa, donde es venerado por su experiencia y trabajo. Cacheira defendió públicamente en numerosas ocasiones a Postiga, un jugador que durante su segunda etapa en el Porto –ya como profesional y tras volver del Tottenham- pasó varios años de incerteza e irregularidad incentivados por la escasa confianza de sus técnicos –entre ellos Co Adriaanse y su actual entrenador, Víctor Fernández– y la competencia de jugadores como Lisandro López o Adriano.
Ahora, tras levantar el vuelo en Zaragoza y pasar de puntillas en Valencia y Lazio, Postiga busca volver a sentirse importante, un aliciente poderoso para un equipo que sólo cuenta con dos delanteros puros en nómina. Así, el hombre que un día explotó su mejor versión con José Mourinho en el banquillo de As Antas parte ahora de cero, y lo hace en un conjunto que precisará de su tesón en ataque, una característica que ya le sirvió para engrosar la lista de posibles refuerzos del club en los últimos años de la presidencia de Augusto César Lendoiro.