La Primera RFEF sigue tomando forma para su temporada inaugural y ya ha definido los dos grupos para la 2021-22. En Riazor.org hemos puesto en marcha el primer serial del verano para darle contexto al camino de cada rival del Deportivo para llegar a esta nueva categoría. En esta ocasión, es el tuno del Racing de Santander.
Al igual que el Extremadura y el propio Dépor, el Racing de Santander descendió de Segunda a Segunda B en la campaña 19/20. Así, los cántabros volvían a la división de bronce solo un curso después de su último ascenso. Y es que un año antes, en la 18/19, el cuadro verdiblanco había logrado subir a Segunda tras cuatro cursos intentándolo. Por ello, el equipo arrancó la pasada campaña con el ascenso en mente y decidido a volver al fútbol profesional por la vía rápida.
Arranque correcto pero poca paciencia con Javi Rozada
El Racing de Santander no tuvo un mal inicio de la mano de Javi Rozada, que había llegado al club ese mismo verano. De hecho, el cuadro santanderino solo perdió uno de sus siete primeros partidos ligueros, con tres empates y otras tantas derrotas. Sin embargo, dos jornadas sin ganar y la eliminación copera en la primera ronda le costaron el puesto justo antes de Navidad.
El técnico era cesado con el equipo fuera de los puestos que daban derecho a pelear por el ascenso, aunque con dos encuentros menos que sus rivales. Además, en su último partido había logrado rescatar un punto jugando casi una hora con un hombre menos. Por todo ello, la destitución de Rozada fue sorprendente hasta para el propio míster. «Para nada me esperaba el cese porque yo creía que el equipo había dado un paso adelante», reconoció días después en una entrevista al Diario AS.
El Racing de Santander, de menos a más tras el relevo en el banquillo
Después del parón navideño, Aritz Solabarrieta se ponía al frente de un equipo con varios partidos pendientes. De hecho, para recuperar los encuentros que no pudo dirigir su predecesor, el nuevo míster se estrenó con tres duelos en solo diez días. Perdió los tres. Así, el Racing de Santander decía prácticamente adiós a la pelea por el ascenso e incluso veía asomarse los fantasmas del doble descenso. Sin embargo, tras este terrible estreno, Solabarrieta supo dar un golpe de timón y enderezar el rumbo de los suyos.
En los diez partidos que restaban de la primera fase, el Racing sumó siete victorias, dos empates y una sola derrota, enganchándose de nuevo a la zona alta. Pero esta gran reacción no fue suficiente y los cántabros finalizaron en cuarta plaza, a solo dos puntos del tercero. En la segunda fase, el equipo siguió con la buena dinámica y venció en dos de los tres primeros duelos, asegurando su presencia en Primera RFEF. El Racing de Santander podía relajarse. De hecho, lo hizo tanto que firmó pleno de derrotas en las tres últimas jornadas, aunque la única consecuencia fue que el Real Unión le arrebatase el liderato.