Justo antes de emprender viaje hacia Madrid, donde el equipo realizará hasta dos entrenamientos, Clarence Seedorf se pasó por la sala de prensa de Riazor y repitió que no ve el encuentro como una final porque eso «será solo el último partido decisivo». «El equipo sigue con fuerza, con ganas, con determinación. No hay ninguna señal de que la gente no cree, todo lo contrario. Vamos a ser un equipo competitivo mañana», añadió.
Tras dos semanas de parón, el técnico destacó que estos días le sirvieron para «hacer ajustes a nivel físico» porque «era importante dar un poco de descanso a los jugadores». «En ese sentido ha servido, pero por lo demás hemos tenido una semana normal. Seis días trabajando. Nos hemos fijado mucho en limpiarnos físicamente y también la cabeza para entrar con energía. Sigo viendo al equipo muy vivo y con muchas ganas de luchar», afirmó.
En cuanto al plan de viaje, explicó que se debe a que «no había vuelos cómodos para poder viajar todos» y que gracias a «la buena relación que tenemos con el Real Madrid» han optado por entrenar en su ciudad deportiva.
Por otro lado, reconoció que «siempre condiciona un poco» jugar sabiendo ya los resultados de los rivales pero «no tanto como para cambiar lo que uno tiene que hacer». «Siempre digo que nos tenemos que fijar en lo que tenemos que hacer nosotros. No creo que vaya a influir en ese sentido porque lo que tenemos que hacer nosotros sigue siendo igual«, añadió.
Sobre el rival, el Atlético de Madrid, destacó que se trata de «un gran equipo que quiere ganar todos los partidos» ya que sienten «la obligación hacia la afición, hacia la camiseta que llevan y hacia la posición que tienen en Liga» y restó importancia a sus bajas: «llevan todos la misma camiseta al final. Griezmann es un gran jugador pero cuando se habla de estos clubes siempre hay una plantilla en la que quién salga tiene un nivel muy alto. El que entre lo hará motivado porque quiere mostrar al entrenador que debe jugar más. Estamos preparados para un equipo muy competitivo».
Por último, comentó que «el ambiente está pesimista» en A Coruña desde su llegada y que lo entiende porque «son muchos años del Dépor sufriendo». Sin embargo, mantuvo su confianza en que las cosas cambien: «la suerte tiene que cambiar un poquito y nosotros la vamos a cambiar creyendo y entrando a los partidos como grupo. Mientras matemáticamente esté abierta la cosa, este grupo no va a bajar los brazos. Si veo que el equipo no cree, seré el primero en parar, pero no es así«.