Una vez consumado el descenso, a todo el deportivismo se le venían a la cabeza los mismos nombres cuando se trataba de analizar los activos que podrían dejar dinero en el Deportivo. Uno de ellos era Andone, que no tardó en confirmarse, y otro que está en todas las quinielas es Sidnei. A pesar de su año irregular, el brasileño tiene cartel y debería ser una de las ventas de este verano, pero de momento el club blanquiazul no tiene ninguna oferta por él, tal y como aseguró Carmelo del Pozo la semana pasada.
La realidad es que la tónica habitual de Sidnei en los últimos veranos ha sido pasarse los meses con las maletas en la puerta. Lleva cuatro años en el Dépor y desde que llegó la incertidumbre siempre lo ha rodeado mientras el mercado está abierto. Tanto cuando estaba cedido por el Benfica, como cuando el club coruñés logró hacerse con su pase en 2016, quitándoselo al Valencia en el último momento.
Durante esa temporada, el propio Tino Fernández llegó a afirmar que esa sería la última campaña del central como blanquiazul y que el plan era, de nuevo, venderlo al final de la 16-17. No sucedió tal cosa. A las oficinas de la Plaza de Pontevedra apenas llegaron ofertas interesantes por Sidnei y la intención de hacer caja son su traspaso se fue al limbo con el paso de las semanas.
Sin saber muy bien el qué, hay algo que hace que ningún equipo se decida a apostar definitivamente por Sidnei. Obviamente un factor decisivo es su condición de extracomunitario. El brasileño lleva unos años tratando de conseguir el pasaporte español, pero de momento no ha tenido suerte con los trámites. Eso limita mucho su valor. Pero hay que añadir también que sale de su peor temporada desde que llegó a A Coruña, un año en el que además ha arrastrado varios problemas físicos.
En su caso, la cláusula de rescisión (rondaría los 10 millones) no se reduce tanto como la de otros miembros de la plantilla, algo que sí sucedía con Andone, por lo que el Deportivo tampoco tiene prisa. Del Pozo fue tajante a la hora de abrirle los brazos, asegurando que si no llegaban propuestas por Sidnei, «sería el mejor refuerzo para Segunda». Y en esas está el brasileño, al que le espera un verano largo, de nuevo con todo el equipaje listo, pero, una vez más, todavía sin billete.