1. Terrible 2016 del Deportivo. El conjunto dirigido por Víctor Sánchez del Amo no conoce la victoria desde el pasado 19 de diciembre contra el Eibar en Riazor. Ni en competición liguera ni en el enfrentamiento ante el Mirandés en Copa del Rey. Lo cierto es que al Dépor le está costando horrores ganar a pesar de ser mejor que su rival en alguna ocasión, como pasó contra el Valencia, el Rayo Vallecano y el Betis. Este pasado fin de semana no se dio este caso.
2. Si en anteriores encuentros el Dépor había encontrado armas ofensivas para poner en peligro a su contrincante, en Cornellá El-Prat apenas apareció por las proximidades de la portería defendida por Pau López. Poco fútbol en el centro del campo y poco desequilibrio por bandas. El Espanyol, sin necesidad de florituras, hizo mucho daño atacando los espacios.
3. Es evidente que las bajas se notaron en el once de Víctor. Con Cani y Lucas Pérez en A Coruña, el técnico madrileño le dio la punta de lanza a Oriol Riera y desplegó una especie de 4-3-3, aunque en ocasiones Celso Borges -la novedad en el centro del campo- rompía el dibujo y aparecía en la posición de volante izquierdo, lugar que en un principio se movía Luis Alberto.
4. Por si fuera poco, la lesión muscular de Sidnei Rechel dejó huérfano un puesto en la zaga para «pelearse» contra un rival de la corpulencia del ecuatoriano Felipe Caicedo. Víctor, sin centrales en el banquillo, optó por situar a Fernando Navarro en el centro y se decidió por Laure antes que por Luisinho para ocupar la banda izquierda.
5. Al Dépor le costó mucho encontrar huecos en la defensa del Espanyol porque atacó como un embudo. Sus jugadores de banda, los encargados de abrir el campo y atacar por fuera, Luis Alberto y Fajr, son futbolistas que tienden a irse al centro por lo que se producía un embudo en el ataque blanquiazul, todos atacando por dentro. El que rompía esa monotonía era Juanfran por el costado derecho, aunque limitado por las obligaciones defensivas. Desde el izquierdo, tras el cambio de Laure, no se construyeron acciones ofensivas.
6. Escogió Víctor a Oriol Riera por delante de Jonathan Rodríguez por lo que el plan inicial parecía claro. Juego por bandas y centros al catalán. Sin embargo, como analicé en el anterior punto, la forma de atacar por fuera no fue la idónea por lo que el plan se vino abajo en cuanto Álvaro González y Óscar Duarte se entonaron en el juego aéreo. Y, por muy bueno que sea en las alturas, Oriol no es Superman para bajar diez de cada quince balones que tras tocar las nubes le llegan de centrales y portero.
7. Otro de los que salió de inicio, en este caso después de tres meses de lesión, fue Celso Borges. Al internacional por Costa Rica se le vio con una revolución menos que sus compañeros. El tico no está aún en el punto de forma idóneo, lo que es normal tras tanto tiempo de inactividad, y todavía está algo falto de confianza para asomarse al área rival o para probar ciertos pases de mayor riesgo. Tiempo.
8. No fue de la partida en Cornellá (ni siquiera salió de suplente) pero aun así se merece uno de los ocho apuntes. Evidentemente el Deportivo echó mucho en falta a Lucas Pérez en Barcelona. Pero ya no solo por su olfato de gol, ni por sus asistencias, ni siquiera por su gran conexión con Luis Alberto. Se echó de menos el carácter y la raza que le imprime el ‘7’ a cada partido. Cómo lucha cada balón, por más que parezca perdido, cómo pelea por cada centímetro del terreno de juego, cómo cuerpea con los rivales por cada posesión, cómo presiona. Al Dépor le faltó el alma en Cornellá. La derrota destapa muchas vergüenzas del Deportivo y entre ellas ésta. ¿Hay Lucasdependencia?