‘Adelante’ se despide con el Villarreal B. Descendido, pero libre de culpa, quiere cerrar la campaña con una victoria ante el campeón. Joselu es la gran amenaza.
El descenso del Villarreal a Segunda División ha arrastrado a su filial hasta Segunda División B. No han bajado los brazos, sin embargo, y quieren despedirse de la categoría con una victoria ante el flamante campeón, que jugará en Primera División la próxima campaña. Equipo de juego combinativo, pero con ciertas deficiencias en su engranaje defensivo, ha pasado todo el año en mitad de la tabla.
Contexto. Descendidos, pero luchando. Ha ganado tres de los últimos cuatro partidos.
El Villarreal B no es, sin lugar a ningún tipo de dudas, uno de los cuatro peores equipos de la categoría. Sin embargo, sí que es uno de los cuatro equipos que perderán esta temporada su sitio en la ‘categoría de plata’ del fútbol español. ¿La razón? El descenso del primer equipo, que perdió su sitio en Primera División tras unos 10 últimos minutos de Liga con giros argumentales de todo tipo. Y pese al golpe que ello ha supuesto para su filial, éste no ha bajado los brazos. De hecho, ganado 3 de los últimos 4 encuentros para consolidarse en mitad de la tabla. Julio Velázquez, el técnico más joven de Segunda División, espera despedirse de la categoría con una victoria ante el campeón.
La pizarra. Basados en el juego combinativo. Mentalidad de filial, competitividad de primer equipo.
No es fácil para un equipo filial mantener una mentalidad de conjunto formativo al servicio de las necesidades del primer equipo y sobrevivir, año tras año, en una categoría tan exigente como la Segunda División. El Villarreal B lo ha logrado, y con unos excepcionales resultados. En estas condiciones, el centro del campo que forman hombres como Edu Ramos, Toribio, Manu o Gerard es la base de un equipo de orientación combinativa, manteniendo los valores de la cantera. Con Joselu arriba, el equipo no ha tenido muchos problemas para hacer goles, pese a la baja de Marco Ruben. Sin embargo, el engranaje defensivo del equipo no ha funcionado tan bien, siendo uno de los cuatro equipos de la categoría que más goles recibe. No es un problema de nombres, y es que alguno de sus defensores o el portero Mariño muestran una gran proyección, sino de funcionamiento defensivo.
Nombres propios. Juventud y descaro. El equipo no ha notado la marcha de jugadores al primer equipo.
El ‘muro’. Diego Mariño. El vigués es, desde debajo de los palos, uno de los puntales del filial del Villarreal y apunta a ser la próxima campaña el portero titular del primer equipo. Internacional en todas las categorías inferiores de la Selección Española, apunta a los Juegos Olímpicos de Londres.
El ‘cerebro’. Daniel Toribio. Llegó muy joven al Málaga, para jugar en su filial. Despuntó desde muy pronto en el centro del campo e incluso debutó en el primer equipo, aunque su progresión se paró con una cesión a la Ponferradina. Centrocampista de toque, ‘made in La Masía’, también podría ascender al término de la temporada.
El ‘killer’. Joselu. Aunque durante buena parte de la temporada ha colaborado con el primer equipo -dadas sus enormes bajas en ataque-, Joselu ha vuelto para ayudar al filial en la recta final de Liga y hacer lo que mejor sabe: perforar la portería contraria.
El ‘fiasco’. Mauricio. Hace ya cuatro años, el Villarreal le ‘robó’ al mismísimo Chelsea a una de las promesas del fútbol brasileño, Mauricio Alves. Su progresión en la cantera amarilla no ha sido la esperada, e incluso ha estado cedido otra vez en su país.
Horizonte. El Villarreal B se despide de la Liga Adelante. Reinventarse en Segunda B.
El descenso ‘in extremis’ del Villarreal a Segunda División tuvo una importante consecuencia en la ‘categoría de plata’. El filial del ‘Submarino Amarillo’ descendía automáticamente a Segunda División B, aunque en ningún momento de la temporada pasó apuros en la zona baja de la tabla. Ahora, desde la tercera categoría del fútbol español, le toca reinventarse, sabiendo que perderá -unos en dirección al primer equipo y otros en busca de otro equipo de Segunda División- a buena parte de los jugadores actuales. El descenso del Villarreal supone, además de para el primer equipo, un duro palo para un entidad con unas categorías inferiores ejemplares, que se codeaban incluso con las del Barcelona y Real Madrid. Toca empezar de cero.
Personaje ilustre. Santi Cazorla. La joya de la cantera.
Santi Cazorla es, sin lugar a dudas, el producto cumbre de la joven pero fructífera cantera del Villarreal. Asturiano, firmó por el ‘Submarino Amarillo’ en 2002, para jugar en el segundo equipo, donde se mantuvo dos temporadas hasta dar el salto a la élite. Con ellos, logró el ascenso a Tercera División, y quedó 3º en su debut en esa categoría. Por eso, guarda un enorme recuerdo al club, y en su época como jugador del Villarreal, era habitual verle animando a su filial. Ahora se encuentra preparando la Eurocopa, que ya ganó hace cuatro años como jugador.
Un lazo blanquiazul. José Francisco Molina. Guardián de nuestros sueños, director de los suyos.
Si hay alguien que guarda un especial cariño tanto al Deportivo como al Villarreal B, ése es José Francisco Molina. Defensor de la meta blanquiazul en la época más gloriosa del equipo coruñés, la hinchada herculina guarda un gran recuerdo del portero valenciano. Fue protagonista en numerosos hitos clave de la historia del Dépor como el ‘Centenariazo’ o el 4-0 al Milán que llevaba al equipo gallego hasta las semifinales de la Liga de Campeones. Una vez retirado, redireccionó su carrera hacia el lado técnico. Debutó en 2009, con el Villarreal C. Y, tras dos temporadas, llegó al filial del ‘Submarino Amarillo’, donde un gran comienzo de temporada -unido a la mala situación del primer equipo- le aupó hasta ser entrenador de Primera División. No consiguió alejar al equipo de los puestos de descenso, sin embargo, y acabó siendo destituido.
Adelante. Cara A. https://www.riazor.org/asi-es-el-villarreal-b/