El Deportivo de La Coruña cerró el pasado sábado, con la disputa del cuarto partido oficial del curso, su primer mes de competición. Un primer mes en el que el cuadro coruñés ha sumado casi tantos percances como los 6 puntos de 12 posibles que actualmente campean en su casillero. El bagaje es escaso, muy escaso. Pero, por el momento, no preocupa. Y no lo hace porque más allá de los resultados, el bloque de Imanol Idiakez ha ido dejando distintas señales positivas en todos y cada uno de sus encuentros. Una percepción subjetiva que se ve claramente refrendada en los buenos datos del cuadro blanquiazul.
Como resumen más evidente y que concreta la autoridad que ha enseñado el Dépor en sus primeros cuatro encuentros, se puede destacar que el bloque coruñés es el conjunto que más situaciones de gol produce y el que menos concede en todo el Grupo 1 de Primera Federación, siempre según Wyscout. Nadie ha generado más ocasiones, ni en términos de disparos, ni en términos de goles esperados (xG o Expected Goals), una métrica que valora la claridad de las ocasiones asignándoles una probabilidad de gol en función de la situación del rematador, el tipo de pase y la densidad de rivales que hay entre el balón y la portería.
Es decir, el Deportivo de Idiakez promedia 13,4 disparos por partido, lo que le lleva a alcanzar una media de 1,6 xG por encuentro. Es decir, de haber estado relativamente acertado, el Dépor debería estar mucho más cerca de los 2 tantos anotados por encuentro que de su media actual, que es de 1 (y gracias a que goleó 0-3 al Lugo).
Frente al Rayo Majadahonda, el Dépor acumuló 2,35 goles esperados con sus 23 chuts y se quedó sin ver puerta. En el otro partido en casa, contra el Teruel, el probabilidad de gol bajó hasta 1,38 xG y 15 remates. Inferior al primer día, pero suficiente para asegurarse mucho más que el 0-0 final.
Mientras, en sus dos salidas, las cifras fueron contrarias. En Lugo chutó 13 veces con una probabilidad acumulada de 1,80 goles esperados gracias a la claridad de sus ocasiones. La cifra es alta y en un día acertado, como fue el del Anxo Carro, equivale a golear: 0-3. Por último, en su último encuentro a domicilio frente a Unionistas, el Deportivo bajó la producción los 9 disparos, su peor cifra del curso, con los que sumó una probabilidad de 0,87 xG.
Es decir, la pegada ha lastrado sobremanera al equipo en Riazor. A orillas del Atlántico, el conjunto coruñés ha ido desperdiciando ocasiones con un valor total de 3,73 goles esperados. Vamos, que tendría que haber celebrado en torno a 4 goles en Riazor, pero todavía no ha podido estrenarse en casa.
Por otro lado, el Dépor de fuera de casa sí ha sido más efectivo, aunque sin exagerar. ¿Por qué? Porque la diferencia entre sus 4 goles marcados y sus 2,67 xG es de 1,33. Es decir, apenas ha marcado un gol más de los que ‘debería’.
En total, la cuenta sale claramente a deber: 4 goles anotados y 6,4 esperados. Un déficit impropio de un equipo con el talento ofensivo del que dispone el cuadro coruñés. Una anomalía que, lo normal, es que fuese cambiando de tendencia.
El Deportivo de las nulas concesiones
Si en ataque el Deportivo ha sido un equipo con capacidad para encontrar múltiples situaciones de gol en todos y cada uno de sus partidos, en el aspecto defensivo el rendimiento sí se acompaña de cifras. El Deportivo ha concedido menos de 0,5 xG por partido. Concretamente, 0,44.
El promedio es bajísimo e indica lo mucho que a los rivales de los blanquiazules les cuesta no solo concretar, sino llegar hasta la meta de Germán Parreño. Porque esta cifra probabilística viene conducida por esos escasos resquicios que ofrece el equipo deportivista: tan solo le chutan 3,8 veces por encuentro.
¿Cuántas ocasiones en contra se recuerdan en estos cuatro partidos? Apenas ninguna. Y tiene sentido, porque el Lugo fue el conjunto que más inquietó al Dépor, con 8 lanzamientos y 0,54 de xG. Mientras, Unionistas disparó tan solo 5 veces hasta elevar a 1,01 su probabilidad de gol. Pero 0,60 xG llegaron exclusivamente en la acción que supuso el 1-0, con Mario Losada rematando a escasos metros y a puerta vacía.
Esto a lo que atañe al equipo fuera de casa. Porque como local, el Dépor no ha dejado ni migajas: 2 remates al Rayo Majadahonda y otros 2 al Teruel. 0,14 y 0,08 goles esperados, respectivamente. Por mucho que se tratasen de dos equipos llamados a estar en la zona baja, nadie los ha dejado tan lejos de marcar. Ni por asomo.
Por lo tanto, yéndonos a las cifras totales, en cuatro encuentros el Deportivo solo ha concedido 17 disparos, de los que tan solo 5 fueron entre palos. Esas ocasiones arrojan un balance de 1,63 goles esperados -se mide la probabilidad previa al tiro, no a partir del disparo del futbolista-. Un bagaje sobresaliente que indica una solidez extrema del equipo en este primer mes.
Un Dépor dominante desde la asociación
Queda claro que el Deportivo de La Coruña ha dominado, en mayor o menor medida, sus partidos. Lo ha hecho desde su capacidad para construir situaciones ofensivas a favor e imponer su estructura defensiva, más allá de lo que luego haya podido suceder en las áreas a la hora de finalizar. Pero, ¿cómo ha logrado este dominio? Pues, un año más, desde su capacidad de asociación.
Sí, porque aunque Imanol Idiakez ha tratado de ir construyendo un Deportivo más vertical y quizá con más recursos para dominar todas las fases del juego y no solo la ofensiva, el Dépor sigue siendo un equipo combinativo. Llevado en parte por el planteamiento de sus rivales, que le han cedido la iniciativa en mayor o menor medida, el dato tras estos primeros 4 partidos es meridiano: solo el Barça Atletic promedia más pases por partido que el bloque blanquiazul en el Grupo 1.
El Deportivo intenta, de media, 478 pases por partido por los 538 del filial blaugrana. Son más que los de Celta Fortuna (453), Sabadell (435), Cultural (383) o Nàstic (360), los otros equipos con más posesión de pelota en este inicio liguero. Además, es el conjunto que menos pases largos promedia (31,7). Pero, como decimos, esta tenencia de balón no está reñida con la verticalidad que, por momentos, el equipo ha demostrado. Porque se puede tener la pelota, y a la vez, encontrar los caminos para acelerar la jugada.
Eso ha sucedido porque, de no ser así, el Deportivo no sería uno de los conjuntos con más ritmo de circulación (pases por minuto de posesión). Tampoco el equipo que más balones toca en el área (18,3), ni se situaría en una interesante media de centros (16,5), ni alcanzaría los citados registros en finalizaciones con remate y goles esperados.
De este modo, el Dépor acumula buenos datos que confirman sus positivas sensaciones. Un aspecto siempre importante. Y más, en los primeros pasos de un nuevo proyecto, pero que se debe refrendar con concreciones en cuanto a goles y puntos. Porque aunque la imagen sirve para construir colectivos, no hay nada que se sostenga sin victorias, el mejor de los cementos.