Según informó ayer la agencia EFE, el titular del juzgado de instrucción número 20 de Madrid ha dictaminado que, de las 102 personas investigadas por participar en la pelea entre ultras de Atlético de Madrid y Deportivo en 2014 —en la que falleció Francisco Javier Romero, Jimmy—, finalmente solo serán procesadas diez. Para los noventa y dos investigados restantes, la causa queda archivada.
Este mismo verano ya se archivó el proceso que investigaba el asesinato de Jimmy después de que el magistrado encargado del caso concluyese la imposibilidad de hallar indicios de criminalidad en las pruebas presentadas: las declaraciones de un testigo, que consideró de dudosa credibilidad, y un vídeo que no fue aceptado debido a que su baja resolución impedía realizar un estudio fisionómico para identificar a los asesinos.
Por su parte, la causa de la pelea ha pasado por manos de dos magistrados. El primero, Pedro Marchante, procesó en 2016 a 102 personas, acusadas de un delito de riña tumultuaria. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Madrid pasó el caso a Jesús de Jesús Sánchez, magistrado actual, que suspendió el auto de su predecesor al señalar que para ser acusados de dicho delito, era necesario que los implicados empleasen medios que pusiesen “en peligro la vida o integridad de las personas”. De este modo, De Jesús ha determinado procesar a ocho de los participantes, aquellos que ha podido corroborar que portaron diferentes objetos durante la pelea: «porras extensibles, bengalas, mosquetones, navajas, palos de madera, tubos de aluminio”, entre otros.
A mayores, también son procesados dos seguidores del Deportivo, en su caso, por haber empujado al suelo a un agente durante la reyerta. De este modo, la causa queda archivada para los noventa y dos implicados restantes, o bien porque las imágenes no evidencian que hubiesen llevado objetos peligrosos, o bien porque ni siquiera se ha podido demostrar que estuviesen allí en el momento en que se produjo la pelea.