Gerard Valentín está pasando el confinamiento recuperándose de la operación a la que tuvo que someterse tras el brutal choque con Cifuentes en el Lugo vs Cádiz. El lateral cedido por el Deportivo sufrió la rotura del pómulo y tuvo que pasar por el quirófano. Tras varias semanas, reconoce que todavía no ha sacado fuerzas para ver la acción repetida: «Todavía no he visto la jugada del golpe, no encuentro el ánimo para hacerlo».
El catalán al que le colocaron «unas pequeñas piezas de titanio», recibió poco antes de que comenzase el estado de alarma y decidió marcharse a su domicilio. De todas formas, el seguimiento con el doctor es continuo: «Me llama varias veces a la semana para ver cómo está reaccionando mi cuerpo a las piezas que me pusieron». No está pudiendo ejercitarse como el resto de sus compañeros por motivos médicos y se está reincorporando a la actividad poco a poco: «No he podido realizar un entrenamiento completo porque hasta hace una semana aún estaba con medicación. Intento seguir los ejercicios que me han marcado y algo de bicicleta estática, pero me cuesta porque cuando me sube el ritmo cardíaco aún se me inflama la zona operada«.
Incertidumbre por el presente… y el futuro
Valentín, como todos los jugadores y gran parte del planeta, no sabe lo que pasará con el presente y cómo afrontar su regreso a los terrenos de juego: «Lo peor es la incertidumbre de no saber qué va a pasar. Porque tampoco sabes si forzar la recuperación para llegar a tiempo y jugar el tramo final o tomarlo con más calma«. En su caso, además, esa incertidumbre se extiende a su futuro inmediato, ya que todavía le queda un año más de contrato en un Dépor en el que apenas ha jugado cinco partidos desde su fichaje en 2017.