«Los derbis son partidos diferentes, no importa la clasificación ni cómo llega cada equipo». Esta frase o cualquiera que se le parezca es, probablemente, la que más se repite durante los días previos a un clásico. Es uno de los topicazos típicos de estos encuentros de máxima rivalidad. Y lo cierto es que la experiencia prueba que en esta clase de partidos cualquier cosa es posible: el que llega muerto puede resucitar, el señalado como favorito puede acabar recibiendo una cura de humildad. Las bolas de cristal se rompen.
El balance de los diez últimos derbis ligueros entre Celta y Dépor no puede ser más equilibrado: cuatro triunfos por bando y dos empates. Sí existe un dato que habla de la mejor trayectoria de los vigueses durante los últimos tiempo. El del domingo 23 de octubre a las 12:00 será el séptimo clásico consecutivo al que el Celta llegue por delante del Deportivo en la clasificación. Claro que en los seis anteriores, su mejor posición no fue garantía de nada. Dos victorias para cada uno y otros dos empates confirman que todo se iguala en estas citas.
La última vez que los coruñeses se presentaron mejor clasificados fue en abril de 2012, cuando ambos militaban en Segunda División. Era la jornada 34 en la categoría de plata y los blanquiazules eran líderes, siendo el Celta su principal perseguidor. El mítico tanto de Borja Fernández dio a los de José Luis Oltra un ajustado triunfo por 2-3. Desde entonces ha habido derbi en tres temporadas (2012/13, 2014/15 y 2015/16), seis clásicos a los que los celestes han llegado con más puntos en el zurrón.
Tampoco es que al Deportivo le haya ido especialmente bien encontrarse por encima en la tabla en la previa de un derbi. Antes de la última etapa celtiña en la categoría de plata (entre 2007 y 2012), los herculinos estaban por delante tanto en la ida como en la vuelta del curso 2006/07. Y aquella campaña, que terminó con el descenso de los vigueses, el Dépor salió derrotado en ambos choques, 0-1 en A Coruña y 1-0 en Balaídos. Precisamente desde que Borja desatase la locura en 2012, la afición blanquiazul no celebra una victoria en territorio enemigo. El domingo tendrá una nueva oportunidad de lograrla, porque ya se sabe: «los derbis son partidos diferentes, no importa la clasificación ni cómo llega cada equipo».