Después de cerrar la compra de Guilherme y la cesión de Federico Valverde, el Dépor sigue trabajando en la confección de la plantilla de la próxima temporada. La intención del club es centrarse en incorporar calidad más que cantidad, pero la situación económica también obliga a estar abierto a posibles ventas en caso de que lleguen ofertas interesantes, por lo que apenas hay posiciones en las que no se esté buscando posibles candidatos.
El puzle de la portería, la continuidad de Juanfran y Laure en la derecha, la renovación de la mediapunta e incluso el reciente interés del Schalke 04 en Insua hacen que el mercado traiga incertidumbre a prácticamente todas las demarcaciones de la plantilla. Es aquí donde se desmarca el lateral izquierdo, que vive su momento de mayor estabilidad en los últimos años y que tendrá a Luisinho y Fernando Navarro como pareja por tercer curso consecutivo.
Los dos veteranos compartieron casi al 50 por ciento la presencia en el terreno de juego en el último torneo liguero, con 26 encuentros para el portugués y 25 para el catalán. La competencia fue constante entre ambos y ni Garitano ni Mel le concedieron a ninguno el papel de indiscutible. Ambos técnicos aprovecharon sus características complementarias para optar por el luso en caso de un planteamiento más ofensivo o por Navarro si la intención era dar más solidez a la retaguardia.
En la 2015-16, con Víctor Sánchez del Amo en el banquillo, el ex de Barcelona y Sevilla fue el preferido, aunque también hay que tener en cuenta las diferencias del técnico con el de Porto ya desde el inicio de curso, que no le impidieron jugar 20 encuentros.
Luisinho, con 32 años recién cumplidos, y Navarro, a punto de alcanzar los 35, están ante su último año de contrato con el Dépor, en el caso de este último renovado ya el año pasado gracias a jugar la mitad de los partidos. El club blanquiazul ya sabe que tendrá que plantearse el futuro de una demarcación que, desde la salida de Filipe Luis y hasta la llegada de estos dos protagonistas, vivió el paso efímero de los Rindaroy, Morel, Evaldo, Ayoze y compañía, además de acoger en más de una ocasión a Manuel Pablo, Laure y Seoane a pierna cambiada.
Incertidumbre con el futuro de Saúl
Hace dos años y medio que el Dépor creía haber cubierto el lateral izquierdo a largo plazo. Fue con el fichaje de Saúl García, por el que llegó a un acuerdo con el Racing de Santander adelantándose a varios equipos para hacerse con una de las promesas del fútbol nacional. Pero a día de hoy lo único seguro es que el jugador regresará a A Coruña tras no llegar a 20 partidos en el último año y pasar inadvertido tanto en Girona como en Mallorca.
Saúl tiene contrato hasta 2019 y a sus 23 años no parece que todavía esté preparado para dar el salto a Primera División. Para colmo, al joven lo persigue todo el proceso judicial en el que desembocó su fichaje cuando el Valladolid decidió demandarlo por romper un precontrato. La primera sentencia condenó al jugador y al Dépor, como responsable subsidiario, a pagar un millón de euros, aunque el club coruñés ya ha recurrido.