La directiva del Deportivo prácticamente cuenta sus temporadas en el cargo por entrenadores. Tino Fernández se hizo con el cargo allá por el mes de enero de 2014, de aquellas Fernando Vázquez era el entrenador del conjunto herculino. Un técnico que al final de temporada conseguría el ascenso, pero que finalmente no entrenaría en Primera División al ser despedido. Su sustituto fue Víctor Ferández, que tampoco terminaría la temporada siendo relevado por Víctor Sánchez del Amo. Y este último, al igual que los otros dos, ha sido rescindido.
Fernando Vázquez y la falta de feeling
“Queremos que todos en el equipo están unidos, motivados y se lo crean. Nosotros entendimos que esa motivación era insuficiente en el entrenador, que es una pieza clave”, así explicó Tino Fernández la destitución del hombre que se había ganado el cariño de la grada con sus famosas carreras por la banda y sus ruedas de prensa.
Todo sucedió después de las quejas de Fernando Vázquez en una charla en Arzúa. Allí dejó claro que el Deportivo no podía fichar primeras opciones, con lo que se conformaban con quintas o sextas opciones. «La opción uno podía ser bomba, pero vamos siempre a la opción cinco, seis o siete. Nunca conseguimos de verdad lo que nos proponemos y eso es un problema». Además, llegó a decir que esa temporada el Deportivo contaba con un buen presupuesto, y no como el año pasado cuando tenía que «ir por las puertas pidiendo».
Así fue como Tino Fernández explicó ante los medios que «la falta de confianza hacia el entrenador ha provocado la toma de esta decisión en un momento en el que, sin haber comenzado todavía la pretemporada, es todavía posible reconducir la situación creada».
Víctor Fernández y el proyecto fallido
El sustituto fue Víctor Fernández, que llevaba varios años sin entrenar. Así fue como agradeció a la directiva su vuelta a los banquillos tras hacerse oficial su fichaje, «quiero agradecer al Consejo por haber confiado en mi persona como nuevo director de este proyecto. Estoy absolutamente convencido de que va a ser un proyecto ilusionante y esperanzador para todo el deportivismo. Es verdad que no le he dado muchas vueltas al contrato. Es suficiente para sentar las bases o los cimientos de un proyecto que me ha resultado muy atractivo. Me han encantado todas las propuestas y todas las intenciones. Lo colectivo debe estar por encima de lo individual porque somos conscientes de que va a ser un año complicado. Tenemos que reconstruir un equipo». De hecho, su último equipo había sido el KAA Gent belga en 2013.
El equipo se reconstruyó, pero no terminó de fluir. Además, esa temporada no ayudó nada la parte extradeportiva después del asesinato de Jimmy a manos de miembros del Frente Atlético. Así fue como se llegó a su destitución en abril tras no conseguir ganarle al Córdoba y dejar al equipo fuera del descenso pero en una situación complicada. Lo cierto es que desde octubre el técnico maño cosechó varios ultimátums que dejaron a las claras que la confianza del Consejo la había perdido mucho tiempo atrás. Tras él, sería el turno de Víctor Sánchez del Amo.
Las dos caras de Víctor Sánchez del Amo
El madrileño cogió las riendas de un equipo roto y con una necesidad de un impulso anímico tremenda. Como él mismo ha dicho, en su primera temporada solo trabajaron lo anímico para conseguir la permanencia. Algo que se obtuvo tras un partido en el que el Deportivo llegó a estar descendido y con dos goles en contra. Una remontada en el Camp Nou después, la salvación se había conseguido sobre la bocina.
En la temporada actual, los resultados están al alcance de todos. Una primera vuelta de ensueño y una segunda vuelta horripilante en la que se cosecharon varios récords negativos. Además, queda en la retina del aficionado los enfrentamientos existentes en la plantilla, el caso Luisinho y la última rueda de prensa del técnico herculino donde prácticamente leyó un comunicado en el que dejó bastante claro que algo fallaba.
Así las cosas, ahora será el turno del cuarto técnico de la era Tino Fernández. Un entrenador que debería intentar no repetir errores del pasado, algo que también debe aplicarse el Consejo de Administración. Nadie está libre de culpa.