No me gusta que el lunes haya competición oficial. No me gustan los actuales dirigentes que manejan a su antojo el fútbol español. No me gusta que todos los personajes que chupan del deporte rey de este país se rían de los aficionados. Pero, a pesar de todo ello, Riazor no falló y demostró una vez más que es un campo que debe estar ligado a la Primera División.
La temporada en Segunda ha servido para que el vínculo afición-equipo se haya visto reforzado de una manera increíble. Reconozco que tenía un cierto miedo antes del debut liguero. La pretemporada dejó algunas dudas, sobre todo en la defensa. Los primeros noventa minutos de esta liga no sirven para sacar conclusiones definitivas, pero si permiten afrontar con un mayor optimismo una temporada larga y complicada. El fichaje de Marchena ha dotado a la línea defensiva de una autoridad clave para la primera división. Evaldo cumplió sin grandes alardes y Aythami completó un partido más que correcto.
Oltra apostó por la pareja Juan Domínguez-Abel Aguilar, y acertó. La difícil decisión de dejar fuera a Álex resulto bien, ya que el doble pivote mantuvo una línea muy positiva a lo largo de los noventa minutos. Aguilar debe convertirse en un jugador importante esta temporada. Con experiencia y madurez, el colombiano tiene por delante la posibilidad de asentarse en la máxima categoría del fútbol español.
Arriba, los extremos estuvieron participativos aunque sin suerte de cara al gol, una misión reservada en este encuentro para Riki y Nelson Oliveira. Riki corrió, se mostró batallador, y a pesar de fallar un penalti, logró marcar en la segunda mitad. Sin embargo, los aficionados de Riazor no olvidarán fácilmente el debut de Nelson Oliveira. El portugués se inventó un golazo en el tramo final de partido. Es cierto que Osasuna atacaba a la desesperada, pero la definición del ariete llena de esperanza a una grada ávida por creer en nuevos jugadores. Oliveira no lo tiene fácil, pero su estreno resulta alentador.
La Liga ha arrancado de manera inmejorable, y con tres puntos básicos para reforzar la confianza. Estoy convencido de que no resultará sencillo, pero existen motivos para creer en este equipo y en nuestro entrenador. Riazor ha vuelto a la máxima categoría, y el fútbol español alucina con el ambiente que transmitía el estadio a través de las imágenes de televisión. Mientras en muchos campos las gradas estaban semivacías este fin de semana, el templo blanquiazul ofreció una imagen espectacular y el equipo respondió. Mestalla aguarda a un Dépor que se prepara para un encuentro complicado.