1. Sucedió, justamente, lo que nadie esperaba. Los aficionados blanquiazules más optimistas creían en la permanencia merced a una victoria del Dépor en el Estadio de la Cerámica; otros optimistas (pero menos) creían en la permanencia a través de un tropiezo del Sporting de Gijón en Ipurúa; y por último los pesimistas creían en un escenario diferente para la última jornada del campeonato. Y sin embargo se dio una circunstancia prevista por pocos. El Sporting no tropezó, pero Dépor y Leganés sumaron sendos empates en dos estadios que buscaban la Europa League y que los dejaron un año más en Primera División. El gol de Szymanowski en San Mamés, que impedía el triple empate clasificatorio, fue decisivo.
2. Las imágenes de los jugadores del Dépor al término del partido reflejaban satisfacción por el logro cosechado pero sobre todo una sensación de alivio por todo el sufrimiento que habían pasado durante la temporada. En la televisión subtitulaban unas palabras de Alejandro Arribas a Pedro Mosquera en plena celebración sobre el terreno de juego en las que el madrileño le decía al coruñés que «por fin» lo habían conseguido y destacando lo mal que lo habían pasado y cómo les había costado. También Florin Andone en zona mixta fue claro: «la palabra que lo define es aliviado». Ha sido una campaña de fuertes emociones, de altibajos, de momentos duros, de pocas alegrías y excesivas penurias tanto para los jugadores, como para el club, como para la afición. La temporada debe mirarse con responsabilidad para no hacer las cosas mal el próximo curso, pero por méritos o deméritos, se ha cumplido el objetivo.
3. Otra imagen palpable de la tensión vivida en el Deportivo esta temporada fue la de las lágrimas de Fernando Navarro al certificarse la permanencia. El catalán las ha visto de todos los colores a lo largo de sus 16 temporadas como profesional, todas en Primera División. Ha ganado la Liga con el Barça, la Copa y la Europa League con el Sevilla, la Eurocopa con España y se emociona salvando la categoría con el Dépor. ¿Os recuerda, al menos un poco, a Carlos Marchena? Si nada se tuerce seguirá un año más en el Dépor.
4. En lo puramente futbolístico fue un partido de claro dominio local. Lo dicen los datos. El Villarreal tuvo más presencia que el Deportivo sobre el terreno de juego durante todo el partido (66% frente al 44% en posesión), más oportunidades de gol (21 remates amarillos por 3 blanquiazules) y más claras (en especial el cabezazo de Bruno Soriano o el pase de la muerte hacia Bakambu, oportunidades que causaron miniinfartos en los aficionados herculinos). Pero más allá de estas estadísticas, es cierto que el Dépor realizó un gran trabajo defensivo en casa del Villarreal. Los de Fran Escribá dispararon 21 veces, pero solo cuatro de ellos fueron entre los tres palos, lo que quiere decir que muchos de esos disparos fueron forzados por un correcto marcaje o incluso rechazados por la defensa blanquiazul.
5. Tiene mucho mérito el trabajo defensivo del Dépor en el estadio groguet. Desde el exterior llegaban noticias de que el Sporting ganaba y que el Leganés perdía por lo que un empate no era un buen resultado. Obviamente una derrota lo era menos. Las piernas temblaban, el balón pesaba y los nervios aumentaban. Por ello tiene mérito que el engranaje defensivo haya funcionado tan bien contra un rival con tanto talento en su ataque y con jugadores de infinitos recursos individuales. El trabajo de la pareja de centrales Arribas-Albentosa fue impecable, así como la pareja de mediocentros Borges-Guilherme y los laterales Juanfran y Fernando Navarro, que se sacrificaron en las ayudas una y otra vez.
6. En facetas ofensivas, el Dépor compareció más bien poco. Propiciado también por el contexto. «El fútbol es como una peluquería de señoras», dijo Pepe Mel por las informaciones que llegaban de los otros partidos. No sé si le vino bien al equipo escucharlas. El conjunto blanquiazul guardó el empate y no quiso destaparse, por lo que apenas se acercó a las inmediaciones de la portería defendida por Andrés Fernández. El Villarreal salió con la pareja de centrales menos habitual (Bonera y Álvaro), que disputaron uno de los encuentros más cómodos de sus carreras. Apareció poco Emre Çolak y al Dépor le costó asomarse. Andone, Carles Gil y Ola John, mientras, luchaban en defensa para salvar el 0-0.
7. Si hay que destacar a un futbolista del Dépor en el partido del pasado fin de semana ese es Germán Lux. El Poroto hizo dos paradas, una en un rechace defectuoso de Arribas en la primera parte y otro a un centro envenenado de Jaume Costa en la segunda, que salvaron al conjunto de Pepe Mel de caer derrotado. Para bien y para mal, porque en el debe fue protagonista también de una acción con Soldado que pudo costarle la expulsión. Gil Manzano, creo que acertadamente, le mostró solo la amarilla. Lux termina contrato este año con el Deportivo, él ha manifestado que quiere quedarse y el club parece que tiene otras intenciones. Es uno de los capitanes de la plantilla y un futbolista con ascendencia en el vestuario. En julio soplará 35 velas. A título personal, me parece un jugador aprovechable al menos un año más. Veremos qué sucede en verano.
8. No ha habido celebraciones por parte de la afición ni se espera que las haya. Me parece completamente lógico. La hinchada ha vivido dos descensos, dos ascensos y tres permanencias de más a menos agónicas en los últimos 7 años. Sin embargo, que cada uno se sienta libre de celebrarlo en su fuero interno, para sí mismo o en compañía. Los sentimientos no se miden y para lo que muchos es un fracaso, para otros puede ser un éxito. Habrá quienes beban del vaso medio vacío y otros del medio lleno. El Dépor necesita estabilizarse y a partir de ahí crecer, pero siempre en Primera División. Felicidades a quienes lo sientan como un triunfo.