La derrota en un partido gris, el penalti más que dudoso, las bajas de Luisinho y Salomao, el once de Vázquez o los cambios, temas de interés del encuentro de ayer entre burgaleses y coruñeses.
1. Dura derrota la sufrida ayer por el Deportivo en Miranda del Ebro. Dura por el juego rácano que ofreció el equipo a los casi 1.000 aficionados que se recorrieron media España, dura porque fue a raíz de un penalti que a mí me pareció inexistente y dura porque viendo la jornada se hubiese dado un golpe encima de la mesa en la tabla clasificatoria. El Dépor estuvo gris y no encontró los huecos por donde meterle mano al equipo de Carlos Terrazas, penúltimo hasta el choque de ayer. Por otra parte, no debe escudarse en el árbitro aunque todos vimos cómo el balear Sureda Cuenca apuntaba al punto de penalti antes de que se produjese el toque definitivo de Álex.
2. Se notaron las bajas del Dépor en Anduva. Luisinho y Diogo Salomao son dos jugadores que generan desequilibrio y crean superioridades gracias a sus regates. Su juego pesa mucho en esta plantilla y se observó que sin los portugueses el equipo tiene muy poca profundidad. Además, los que te la podían dar estaban en el banquillo.
3. Digo esto último para afirmar que no entendí el once. Cuando lo leí una hora antes pensé que Fernando Vázquez optaba por una defensa de tres centrales con Álex como zaguero junto a Insua y Marchena. De hecho, en mi cabeza veía como los mediapuntas Rabello y Juan Carlos partirían desde la banda para dejar espacio a los carrileros y que era por eso por lo que entraba Seoane, ya que junto a Laure eran los laterales más ofensivos de la convocatoria. Cuando a las seis observé la disposición sobre el campo no terminaba de comprenderlo. Cinco centrocampistas apilados por dentro y una defensa de cuatro hombres en la que los laterales se tenían que merendar toda la banda.
4. A Vázquez, como a todos, no le gustó lo que vio sobre el campo y buscó cambios en la segunda parte. Fue entonces cuando revolucionó el equipo. De no tener bandas a contar con las dos. Saltaron al campo los dos extremos –Antonio Núñez y Sissoko– y se retiraron Juan Carlos y un Wilk que volvió a naufragar haciendo trío junto a Juan y Álex en el centro del campo. Fueron solo cinco o diez minutos desde las permutas, pero el Deportivo fue superior en ese tramo. Anduva ya es un campo que da la sensación de ser estrecho y si aún encima le ‘robas’ las bandas, es difícil hacerle daño a un equipo tan intenso.
5. Buscó Fernando Vázquez de inicio mayor calidad ofensiva desde la izquierda con Diego Seoane, dejando a Manuel Pablo -un jugador con mejores condiciones defensivas- en el banquillo. Bajo mi punto de vista el ourensano no respondió a esa confianza del entrenador. Inoperante en ataque, apenas tuvo ocasión de sumarse con criterio a acciones decisivas en campo rival.
6. Volvió a salir en el once Juan Carlos Real en Miranda. No hizo un gran encuentro como contra el Hércules la semana pasada, cuando marcó las diferencias en la zona más decisiva del campo, pero no fue de los peores del equipo en esa parcela ofensiva. Intentó darle pausa al ataque y ofreció un desgaste y un sacrificio defensivo que no se le recordaba al futbolista coruñés.
7. Hablemos de Pablo Infante. Lo conocíamos de hace años, de cuando se hizo famoso en actuaciones memorables en la Copa del Rey colocando al Mirandés en semifinales cuando estaba en Segunda División ‘B’. Sabemos que en sus botas tiene fútbol para parar un tren y lo demostró en la segunda parte del partido. Pero a cualquiera le hierve la sangre ver cómo celebró el gol. Hay gestos que convienen cortarlos de raíz.
8. Es reafirmarme, ya que lo he dicho en infinidad de ocasiones, pero lo de esta afición es espectacular (la excepción confirma la regla). Es extraordinario, algo fuera de lo normal. Cerca de 1.000 aficionados blanquiazules poblaron las gradas (supletorias incluidas) de Anduva tras comerse más de 500 kilómetros para ir y otro tanto para volver a casa. Un amigo del que aquí os escribe que estuvo en Miranda definió en pocas palabras a través de las redes sociales el sentir de muchos. «16 de las últimas 39 horas metido en un tren. Solo por ti, #Deportivo».